Jean Alesi preguntó en el podio de Monza: «¿Sois amigos, otra vez?». Suponemos que lo hizo con la intención de seguir templando ánimos entre Rosberg y Hamilton. Y Lewis le siguió la corriente con un: «Por supuesto, somos compañeros de equipo y siempre seremos amigos». Ese tipo de amistad parece tan sincera como muchas de Facebook.

Tras el incidente de Spa entre los dos de Mercedes y todo el culebrón con broncas, disculpas y hasta casi actos de contricción incluidos, Hamilton ha salido reforzado. En Monza, a pesar del error del coche que le falló en la salida y dejó en nada su pole, pudo reponerse. Rosberg, al contrario, no supo aprovechar el regalo que Lewis le hizo en la parrilla. Sin que sepamos que hubiera problemas, falló la frenada en la primera chicane dos veces. En la segunda ocasión, el británico, a quien le habían pedido calma hasta final de carrera, apretó y apretó hasta que Nico se volvió a comer la frenada. Es lo que ocurre cuando se mira más por los retrovisores que hacia adelante.

Lewis sabe que ha hecho daño y no dejó de insistir en la rueda de prensa: «Presioné a Nico y parece que no le gusta. Tengo que hacerlo más». Rosberg, todavía líder, parece estar perdiendo la batalla psicológica y los abucheos en el podio no le deben sentar nada bien: en Spa Eddie Jordan tuvo que interceder por él y en Monza Nico echó mano del italiano para acallar los gritos.

Abriéndole la puerta

Aunque los monoplazas no las tienen, en Ferrari le abren cada vez más la puerta a Alonso. Sus cláusulas contractuales podrían permitirle salir de Maranello si los resultados no acompañan. El abandono, precisamente en Monza, le hace perder posiciones en la tabla y le abre aún más esa hipotética puerta. La opción McLaren-Honda es una absoluta incógnita: el motor podría o no ser un rival para Mercedes, pero de momento el chasis no es nada competitivo.

Habría que ver si tras la posible salida de Ferrari mantendría la amistad con los tiffosi, como sí demostró Massa. Aunque en la F1, como en Wall Street: «Si quieres un amigo, cómprate un perro».