No lo pude evitar. En cuánto me di cuenta de que no había un sólo balón sacado de la línea defensiva que no buscara a Negredo comprendí que este tipo es fundamental para el Valencia del futuro inmediato. Don Álvaro va a por todas, su corpulencia le permite pelear todos y cada uno de los balones, juega de espaldas -mirando a Alves- con el mismo talento que Lubo Penev y supone un referente imprescindible para todos sus compañeros.

Disciplina... y al boya

Serio partido del Valencia. Me gustó. Supongo que nos gustó a casi todos. Pero no fue un Valencia parecido a ningún Valencia de la presente temporada. Fue un Valencia bien pertrechado, sólido, generoso en el esfuerzo y ´encantado´ de tener un hombre boya. ¿Qué es un hombre boya? Pues un hombre boya es Negredo de la misma forma que lo era Penev. El tema es, cuando te agobia el rival, manda el balón a la boya, que lo controla de espaldas a la portería rival, lo aguanta, protege, da tiempo a que sus compañeros recuperen el sitio y es a partir de ahí cuando se inicia el juego de ataque.

En busca de la chispa

Negredo, además, defiende. Y defiende duro, sin dar jamás su brazo a torcer. Para ser su segundo partido de titular dejó su sello de forma inequívoca sobre el terreno de juego. Se vació. Defendió como uno más, hizo de boya como él solo sabe hacerlo y tan solo le faltó un poco más de puesta en forma -ha superado la lesión hace nada y le falta algo de ritmo- para batir al desesperante Bravo. Luego, en los últimos compases del partido, la asfixia aconsejó su cambio por Alcácer. Y se notó. Alcácer es otra cosa. Buen futbolista...pero inferior en cuanto a recursos y prestaciones que Negredo.

Existen dos Valencias

Miren, el domingo me quedó claro que existen dos Valencias: uno con Negredo y otro muy distinto sin Negredo. Con Negredo todo el juego de ataque pasa por sus botas o su cabeza. Él solito llevó de culete a Piqué y Mathieu. En la pugna por los balones aéreos los ganó todos. Luego, cuando abandonó el campo para dar paso a Alcácer, el Valencia se ahogó en su impotencia. Los jugadores buscaron a Alcácer como si se tratara de Negredo. Y Alcácer fue un juguete roto en manos de Piqué y Mascherano. No pilló ni uno. Y sin oxígeno el Valencia perdió su sitio. El resto ya lo saben. Gol canalla en el último suspiro y palmatoria. Ahora bien, yo me quedo con una realidad: Negredo está de vuelta... y es más delantero que todos los que tenemos en la plantilla. La bomba... vaya.