El dolor de la Copa, Nuno, sí nos lo llegaremos a sacar algún día, sobre todo si el equipo va para arriba y empieza a dar la cara ante rivales como el Espanyol, pero es verdad que hoy todavía lo tenemos presente y lo tuvimos especialmente presente cuando Alves sacó esa mano para salvar un partido que se pudo poner otra vez cuesta arriba, con lo que eso significa. Si todo lo que necesitaba el equipo era esa victoria psicológica, pues ya la tenemos. Gracias a estos tres puntos redentores hoy sí estamos dentro del objetivo, también porque el Sevilla ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos, pero esto no acaba aquí. Habrá que seguir ahondando para dar con el dibujo más adecuado a estos jugadores que, además de ser buenos, sufren, se esfuerzan y de verdad quieren. De momento, la llegada de Piatti en sociedad con Gayà hizo a este equipo más reconocible y vertical, ensanchó el campo y restó tráfico a la zona ancha abriendo espacios a Parejo, pero nada será definitivo hasta que dé con la tecla para que su brillante nómina de delanteros tenga ocasiones y convierta muchos más goles. El desperdicio de talento, por no hablar de millones, es excesivamente generoso.