Cuatro años, los mismos nervios, el mismo hormigueo en el estómago. Huracán CF vuelve a jugar otro partido para hacer historia. Y ya llevamos muchos en ese poco espacio de tiempo, pero sólo sabemos vivirlos como novatos: a corazón abierto.

Lo que estamos viviendo y sintiendo esta semana no se puede explicar, sólo se puede disfrutar. El apoyo incondicional de tanta gente, hasta de los medios de comunicación de una forma extraordinaria siendo un equipo humilde como el nuestro, te pone la piel de gallina, y la energía la multiplica por cien.

El fútbol modesto, ese del que tanto oigo hablar estos días por gente que ni lo conoce, va a vivir un día grande en Torrent el domingo a las 17:00 horas. Meter a 3.500 personas para ver un partido de Segunda B no es nada fácil, y hacerlo con todos ellos volcados, mucho menos.

Pero Huracán ha conseguido, en apenas esos cuatro años, convencer a mucha gente, calar en muchos aficionados, formar parte del mapa futbolístico de este país. ¿Alguien sabe lo difícil que es eso? Tampoco hace falta saberlo, sólo hay que vivirlo, con nosotros, y este fin de semana es una ocasión de oro.

En este club somos una familia, los dirigentes, los jugadores, los técnicos, los empleados, los aficionados. Todos. Una familia que crece, y que acepta de buen grado refuerzos el domingo. Y os aseguro una cosa: cuando probéis Huracán, vais a repetir.