Así que plenos poderes para el entrenador. Que decida él todo en matería deportiva, ¿no Folgado? Le damos todo el poder a él. Cerramos la etapa Rufete con un gracias por los servicios prestados y listo. Anteponemos todo lo bueno que ha hecho Rufete, no sólo en el primer equipo sino también a nivel de Academia, y los cambiamos por alguien que rara vez se asoma a ver un partido del Mestalla... Porque lo del Mánager General Deportivo no es sólo Caio o Imbulá. Es también ocuparse de lo de abajo. Y ciertamente, no veo al descubridor de Filipe Augusto por la labor de apostar por nadie de las divisiones inferiores. En otras palabras, no veo a nuestro insigne lusitano haciendo un Gayà.

No porque se fíe o deje de fiarse. Simplemente porque para eso se necesita una estructura que de igual a igual le diga al entrenador que se puede apostar por un jugador de las divisiones inferiores en lugar de gastar dinero. Y para eso se necesita alguien que deba estar pendiente de la cantera. Si lo tienes, pero su nivel de decisión está muy por debajo del que tiene el entrenador, rara vez se le va a hacer doblegar.

Mira Folgado, esas cosas se llevan en la Premier. Pero esto no es Inglaterra. Aquí la última vez que se intentó fue con Juan Soler de presidente y Claudio Ranieri de entrenador-mánager. No hará mucha falta que te recuerde como acabó el desastre. Entregarle todo el poder a una sola persona es un error de bulto se mire por donde se mire.

El entrenador, por más que sea mánager, piensa y actúa como entrenador. Con la inmediatez del día a día y la exigencia de los resultados. Es otra manera de prever mucho más arriesgada, teniendo en cuenta que existe otro tipo de planificación que mira por el club por encima de aspectos temporalmente puntuales. Yo no digo que el entrenador no deba de ser una pieza importante a la hora de la planificación. No se pueden traer futbolistas con los que no cuente, porque la inversión que hagas en futbolistas que no vayan a jugar es dinero tirado a la basura. Pero no se le puede dar todo el poder al entrenador. Yo ahora te pregunto, si empieza la temporada y empieza mal, ¿qué hacemos? Si te ves (Dios no lo quiera) abocado a un cese, ¿qué hacemos? ¿Debe decidir el propio entrenador si se destituye a sí mismo?

Demasiadas interrogantes, Salva. Todo está demasiado cogido por los pelos. Que sea Rufete o quien designe el propietario. Pero debe haber una estructura que dote de poderes y diferencie la figura del entrenador de la del director deportivo. Otra cosa, me parece un híbrido que no me da buena espina por ningún lado...