Que se entienda lo que quiero decir, pero por momentos, y en la primera parte, hasta me dio lástima ver lo pobre que es el juego colectivo ofensivo del Valencia. ¡Más simple que el mecanismo de un botijo! El Valencia de Nuno no triangula ni por error, y su juego se limita a tratar de llevar el balón a una banda para centrar sea como sea y esté quién esté en el área rival. No hay más. Fruto de esa escandalosa ausencia de triangulaciones, todo se reduce a que Cancelo y Feghouli sean capaces de desbordar en el mano a mano -situación para la que están bien dotados, dicho sea de paso- o conducciones de Enzo Pérez con el balón. Esa y no otra es la explicación a que Dani Parejo a veces se vea obligado a conducir demasiado y a tener que arriesgar finalmente hasta la desesperación de aquella parte de la grada que no se declara ´parejista´. Si resulta que enfrente tienes al Deportivo o al Sporting de Gijón puedes perder, empatar o hasta puedes ganar, pero si enfrente hay un tal Hulk que vale lo que vale y le pega que la rompe, pues te vas a casa con cara de bobo. Yo no llego al metro y sesenta centímetros, pero hay veces que tengo la sensación de que podría defender los ataques del Valencia si fuera defensa central rival, porque el equipo de nuno puede llegar a ser muy simple, previsible y hasta primario. Y no es ya que tengas pocos jugadores capaces de combinar tocando de primeras el balón, -solo a Parejo y a André-, es que además, el equipo tiene toda la pinta de no estar lo suficientemente trabajado en ataque, y claro, el día que en defensa no estas acertado -o Jaume no te salva si no todo lo contrario- y enfrente hay un equipo de entidad, la conclusión es que pierdes sin haber estado nunca dentro del partido. El Valencia tiene serios problemas en atacar una defensa que se ordena atrás y espera paciente, y ayer el partido se le pone en contra cuando encajó el primer gol demasiado pronto. No hay más. Lo he dicho ya varias veces, en ataque somos simples como el mecanismo de un botijo, empujamos y empujamos, y poco más. Es cuestión de pura intensidad, somos poco sofisticados... ¡somos los Picapiedra del fútbol! Luego ya, de perdidos al río, en la segunda fuimos más intensos si acaso... Bueno, eso y André Gomes, que es un supeclase. PD: ¿Alguien me explica el cambio de Feghouli por Rodrigo cuando el argelino y Cancelo eran un peligro constante?