El grito que lanzó Julio César a su hijo Bruto es el que hago mío para señalar que, al fin, el Presidente de la FIFA, Sepp Blatter, ha sido imputado, pero no por el FBI y la Justicia estadounidense, sino por su propia patria.

Sabemos que hay distintos mandamases de la FIFA y de sus confederaciones arrestados y pendientes de extradición a los USA, pero el sibilino y escurridizo Blatter parecía fuera de alcance, al ser nacional suizo y no moverse de su país, asustado por pasar cualquier frontera y caer en manos americanas.

Pero he aquí que nos desayunos con una sorpresa máxima, y es que no ganamos para sustos y para artículos: Blatter ha sido imputado por la justicia suiza y sus oficinas en FIFAstrasse -vemos que hasta la calle donde se encuentra el organismo tiene su propio nombre€- han sufrido la perquisición de la policía federal helvética.

Ante todo, lo que puede sorprender es cómo Suiza trata la información y, a mí al menos, me da alguna envidia. Entra uno en la página de la administración de ese país y se encuentra con los datos de lo ocurrido. Y se lee que el señorito Blatter está bajo la acusación de dos delitos, del artículo 158 del código penal suizo, el primero por lo que se denomina gestión desleal y, subsidiariamente, por abuso de confianza.

Ambos delitos se relacionan con su cargo de Presidente de FIFA y lo que hizo o no debió hacer por mor de dicho cargo. Los hechos se dividen en dos, siendo el inicial la firma de un contrato a pérdidas para FIFA, a sabiendas de ello, con la denominada Carribbean Football Union, o Unión Caribeña de Fútbol, que es un conglomerado de 31 islas y las Guayanas de Sudamérica que, no sabemos por qué, no pertenecen a la Conmebol.

Estas islas, que votan y cuenta mucho, por su número, en las elecciones, formaron esa Unión que es como si los países del mediterráneo hicieran la Unión Mare Nostrum de Fútbol, otro organismo diverso de los ya existentes. En fin, más para repartir, cargos digo. Esa Unión, por lo tanto, es la que firmó con FIFA, con el beneplácito de Blatter, un contrato que le era rentable y que a FIFA le fue, según la fiscalía suiza, nefasto. Esa primera acusación es contra el Presidente de una entidad, sobre la que debe velar y, por lo tanto, no firmar acuerdos negativos, que es lo que conlleva la «gestión desleal» por la que es imputado.

El segundo delito es el de «abuso de confianza» y parte de otra rama del fútbol, no la americana que es la que todos parecíamos dar como buena para la operación que organizó el FBI. En esta aparece otra persona, Michel Platini, el Presidente de UEFA , hasta ahora, el máximo candidato a ser el sucesor de Blatter.

Aquí, los fiscales ven que puede haber algo contra los intereses de FIFA en un pago que se efectuó en Febrero de 2011 a Platini, por importe de 1.83 millones de Euros por trabajos realizados bajo contrato desde enero de 1999 a junio de 2002. Lo primero que extraña es que el pago se haya hecho casi nueve años después de hechas las labores contratadas. Y, por ello, Platini ha sido interrogado, no como imputado sino sobre la base de una figura jurídica del código de procedimiento penal suizo, el de «persona que pueda dar información», lo que no es exactamente un testigo pero que, hasta ahora, no conlleva ninguna acusación.

Todo eso explotó anteayer mismo, cuando los interrogatorios tuvieron lugar, pero la FIFA publicó enseguida una información, que mantenía que desde el 27 de mayo pasado, estaba al corriente de todo y «ayudando» a la fiscalía y a la policía helvética.

Esa fecha manifestada por FIFA es extraña, ya que tres días después, el 30 de mayo, se eligió a Blatter como Presidente, otra vez y, el 3 de junio siguiente dimitía de su condición recién estrenada, para convocar elecciones, que serán el 26 de febrero de 2016. Las coincidencias existen y haberlas haylas, como las brujas gallegas, pero a veces hay que seguir la lógica. ¿Qué sabían ya FIFA y Blatter para que éste dimitiera solo unos días después de que, supuestamente, FIFA estuviera «ayudando» a la justicia suiza?

La socorrida frase de Hamlet de que algo huelo a podrido en Dinamarca, no por ser manida, ha de ser obviada y aquí es de apropiada aplicación. Pero, después de que hace un par de semanas fuera despedido el secretario general de FIFA, el francés Valcke, y ahora Blatter sea imputado y Platini oído como «persona que puede dar información sobre un delito» el fútbol que los grandes dirigentes quieren libres de personas ajenas a él -véase agentes con el nuevo reglamento, terceros que invierten, con la prohibición de los mismos, etc€- está corroído por ellos mismos.

Y lo que más me gusta es la frase final de la información de la administración suiza: «recuerde que el Sr. Blatter tiene presunción de inocencia», como si fuera necesario hacerlo€ En fin, este domingo me iré al río para ver partidos que sí son de inocentes, esos seguro.