No es una primera final, pero casi. El partido de Lyon tiene que estar marcado en rojo en ese plan que sigue Nuno a rajatabla en este inicio de temporada. Es el día perfecto para que las piezas por fin encajen y, como dice Álvaro Negredo, los goles empiecen a entrar. A ver si es verdad porque una segunda derrota en la Liga de Campeones es impensable, dejaría al equipo con un margen de maniobra muy limitado y una presión terrible para los partidos restantes, nada recomendable sobre todo cuando hay dudas. Porque basta escuchar al delantero para tener claro que las dudas no se han acabado pese a la victoria ante el Granada, que fue muy importante pero necesita continuidad.

Con todo

Prescindir por obligación de dos piezas básicas como André Gomes y Gayà además de Bakkali, que no está inscrito en la Champions, parece más que suficiente. Por no decir que es demasiado. A partir de ahí no hay que dar ni una concesión más al rival, que tampoco es nada del otro mundo pero demostrado está que este Valencia puede sufrir al enfrentarse a cualquiera.