Todavía no ha llegado el día ni el partido en el que no tengamos que mirar a Nuno para explicar lo que ha pasado en el presente. No es momento aún de echarle en cara nada a Gary Neville porque la hipoteca del pasado sigue marcando el presente. Lo marca en forma de lesiones, en forma de jugadores que no van cara al aire en lo físico, y en forma de jugadores que no tienen el nivel pero que alguien ha renovado a precio de oro cuando solo te dan trabajo y si acaso, balón parado. Y sí, hablo de Piatti. El Valencia da pasos hacia adelante pero la sombra de Nuno y todo lo malo que ello conlleva sigue pesando demasiado.

El equipo que deja el portugués es un solar, tal cual, pero no todo está perdido. De hecho, sigo pensando que hay motivos para ser optimista. Lo primero que los jugadores quieren. Me quedo con un equipo que viene de muy abajo, casi del coma profundo, y reacciona a dos goles en contra hasta el punto que mereció la victoria por empeño y por juego en la segunda parte. Sí, el empeño no lo es todo porque a poco que Lafita hubiera acertado, el Getafe se habría llevado la victoria en unos minutos finales enloquecidos fruto del cansancio general y el desorden que genera el querer más con el corazón que con la cabeza, pero no es descabellado afirmar que mereció la victoria y que la habría logrado de no ser por errores puntuales que le costaron goles en contra. Sobre los méritos del equipo, no hay mejor manera de calibrarlos que fijarse en la reacción de la grada. Mestalla ha pitado esta temporada con victorias y con empates, y ayer no lo hizo porque vio atisbos de mejoría y porque vio un equipo que lo intentó hasta caer rendido. Pero eso es una cosa y otra que aunque Neville empieza de cero en todo, tiene poco margen de maniobra porque el fútbol no espera a nadie y los tres puntos están en juego cada partido. Por ello lo mejor que pueden hacer el entrenador y los futbolistas es no mirar la clasificación y pensar solo en trabajar cada día para ganar el siguiente partido. Sé que esto no se le puede decir al aficionado, pero tal vez lo mejor en estos casos sea una buena dosis de realismo, estamos como estamos y de ahí no saldremos si no es con paciencia, unión y mucho trabajo. Lo digo como lo pienso, no ha dado tiempo para echarle las culpas a Gary Neville, si acaso, le diría que siga haciendo lo que está haciendo, que no cambie nada, tiene pinta de que encontrará la solución.