El primer año de la era Peter Lim en el Valencia CF fue el de la explosión de André Gomes y tiene toda la pinta que esta va a ser la temporada de Joao Cancelo. Es la otra cara de la relación Mendes-Lim. Como buen mercader que es, ya antes de comprar el club el agente convenció al millonario de que invirtiendo en jóvenes talentos el negocio estaba hecho. Si los dos futbolistas portugueses consolidan el inmenso potencial que vienen apuntando, llegará el día en que el valor de André y Cancelo triplicará los 15+15 aunque, como buen amigo que es, seguramente le advirtió que en el fútbol también hay negocios como el de Rodrigo, que apunta a pérdidas importantes. O de que además de coleccionar diamantes en bruto para pulirlos y ponerlos en el mercado esto también consiste en hacer un equipo que compita y gane partidos.

Pero hoy la buena noticia es Cancelo por lo que es, por lo que sin duda va a ser, porque además de bueno tiene la cabeza en el sitio y es uno de esos futbolistas que tienen algo más. Como solían vender los vetustos representantes del pasado milenio, un jugador «distinto». Gusta, transmite buenas vibraciones, enamora y a la mínima pasa lo que pasa, que te lo quitan de las manos.

Su progresión va como sus piernas, como un disparo de cañón. De simple comparsa la temporada pasada al jugador capaz de revolucionar un partido como el del Getafe él solito y asumir después toda la responsabilidad cuando el equipo más lo necesita, cuando ya solo valen las energías de quien todavía las tiene. Hubo sus dudas sobre el precio -a estas alturas pocos dirán ya sobreprecio- pagado al Benfica, pero casi todas las ha despejado. Y gracias que ha sido así porque su competidor en la posición de lateral derecho -tiene muchas otras- no ha hecho acto de presencia desde que lo renovaron.

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