El titular es claro y simbólico: Tots a una veu. Y no me refiero a los siempre fieles y sufridores seguidores valencianistas. Cuando escribo tots a una veu me estoy refiriendo al valencianismo puro y duro, a los Neville y a Españeta, al médico, a los suplentes, a los que sonríen o a los que están tristes... A todos. Y me refiero a ellos por una razón muy sencilla. Hoy juegan ellos. Hoy son ellos los que se juegan la vida en Las Palmas y son ellos los que nos deben demostrar que no piensan dejar pasar esta temporada como una temporada de tránsito, casi nula. Hoy me da igual si el entrenador habla en inglés o si algún suplente se siente enrabietado por su situación. No. Hoy no. Hoy juegan ellos, todos un poquito, y tienen la obligación de dejarse la piel en el intento. ¡Qué menos!

La histórica

Yo hoy lo tengo claro. Sí es un partido de Gary Neville... pero es bastante más un partido de implicación, de lucha, de dejarse la piel en el intento. Hoy mis ojos van a mirar a todos y a cada uno de los futbolistas y van a medir de forma inequívoca su concentración e implicación. Luego el partido ante el conjunto canario, el mismo que perdió en el último partido de Liga ante el Levante UD, puede resultar más o menos decente —al fin y al cabo hablamos de fútbol, todo imprevisible, por cierto— pero es obligatorio mostrar un interés y una concentración que pocas veces nos ha ofrecido el Valencia en la actual temporada. Se trata fundamentalmente de que ellos se lo crean de antemano... y por antemano entienden todos ustedes que el Valencia tiene mucho mejores mimbres que la escuadra canaria.

¡Adelante!

Miren ustedes, mientras pasan las semanas y el Valencia sigue sin reaccionar los objetivos se van reduciendo de forma irreversible. Lo de clasificarse para la Liga de Campeones del año futuro se antoja casi un insulto al raciocinio más elemental. Y eso quiere decir, mirándolo con ojos más o menos justos, que al Valencia esta temporada le quedan dos frentes abiertos tan complicados como innegociables. Le quedan la Copa del Rey y próximamente la UEFA. Y en ambos torneos tenemos la obligación de dejar contento al personal. Luego puede pasar cualquier cosa —hablamos de fútbol, de injusticia tradicional por tanto— pero existe algo que es del todo innegociable: juegue quién juegue, crean o no crean en lo que hacen, tienen la obligación de dejarse hoy la piel en el envite.

Sería la bomba

Y les soy franco: si los jugadores del Valencia se miran a los ojos, si se traspasan de unos a otros la intensidad por dejar en la cuneta al cuadro canario, si se mantienen firmes sobre el campo y no pierden el raciocinio ante cualquier adversidad, el objetivo es posible. Y es posible entre otras razones porque el Valencia es mejor —pese al año que lleva— y porque el conjunto canario bastante agonía tiene ya con la Liga como para seguir soñando con una Copa que en caso de pasar les aguarda un grupo de enemigos irreductibles en semifinales. Quiero decir, la UD Las Palmas no se juega casi nada en el envite. Su lucha es la Liga y salvar la categoría... y cualquier distracción puede complicarles la vida. ¿Y el Valencia? Pues justamente lo contrario. En la Liga tiene la escasez prácticamente comprada y sólo un golpe en la mesa en la Copa o en la UEFA puede dar un toque de sentido común al año que agoniza casi ya. Así las cosas no le den más vueltas... allá por Paterna: Hoy, ante la UD Las Palmas, tots a una veu, que posiblemente sea la única táctica profesional de irreductibles comentarios. ¡Vamos!