La cara de Juan Sol cuando vió que la bola que él mismo había sacado era la de su Valencia fue todo un poema. El FC Barcelona esperaba rival ya desde hacía unos segundos y Sol eligió la bola verde con el papelito del Valencia dentro. ¡Quina mala pata!, vino a decir Sol con su gesto. Pues no, era el mejor emparejamiento posible. Lo hiciste genial, Juanito. Si hay un rival de los tres posibles contra el que el Valencia va a ofrecer su mejor versión es el Barça. Ante el Celta y el Sevilla, por nombre, el Valencia es favorito, la presión habría sido máxima. De esta forma, el Valencia, y más aún el actual Valencia, parte como derrotado ante un rival que está ganando partidos por la calidad individual de sus jugadores, no tanto por su juego colectivo. En Mestalla, con once lesionados y un entrenador interino, el Valencia plantó cara al Barça y empató pese a tener marcador y arbitraje en contra. Ese es el camino para pasar a la final. Entrega, sacrificio€ y mucha suerte. La que tuvo el equipo de Voro esa noche. Si el Valencia sale vivo del Camp Nou „hablo de una derrota por la mínima, en el peor de los casos„, Mestalla será una caldera como aquella noche de 2008. No tenemos al Pipo Baraja ni a Mata, pero sí a Enzo y a Bakkali. ¡Lo estoy viendo!

Coronel Pérez

Desde que llegó Enzo Pérez al Valencia nadie ha sido capaz de explicarme en qué posición juega. Lo hemos visto escorado a banda, donde triunfó en el pasado Mundial con Argentina, ha jugado de pivote defensivo y por delante del mismo y su rendimiento, quizá por las lesiones, nunca ha sido el esperado. Realmente, ¿de qué juega Enzo? Pues la respuesta nos la dio Gary Neville en Las Palmas. Esa es su posición. Si tenemos la suerte de que no se lesione, el Coronel Pérez puede ser la piedra angular desde la que Neville construya el Valencia que quiere. El argentino se marcó una primera parte sensacional. Los técnicos tenían programado que jugara 60 minutos y así fue. Ahora, que mañana rinda al mismo nivel contra el Sporting y que descanse para la batalla del Camp Nou.

Junts tornem

Cuando los rivales lloran al árbitro, cuando el público rival silva al Valencia en la retirada al descanso, cuando los comentaristas de la Meseta se ponen la camiseta del rival€ significa que el Valencia ha vuelto, ese equipo bronco y copero, antipático e incómodo. Duró sólo una parte en el Gran Canaria, pero ya fue más que en Riazor, donde apenas duró 20 minutos. Poquet a poquet. Ese Valencia aguerrido, odioso es el que debe buscar Neville en su reto por imprimir un estilo al equipo. Y, no es casualidad, debe haber jugadores veteranos en el once. Zahibo y Danilo poco pueden imponer ante la prepotencia de un árbitro. Mejor el Coronel Pérez, ¡dónde va a parar!

Hola, Soy Diego Alves

Todos nos acordamos de un tal Nicolás Otamendi cuando buscamos las razones por las que ha podido cambiar tanto el Valencia de la pasada temporada a esta. Pero nos cuesta recordar que otra ausencia de peso hasta ahora ha sido la del Diego Alves. No olvidemos que el portero brasileño era el encargado de dar las arengas a los compañeros cuando saltaban al campo y formaban ese círculo que tan de moda se ha puesto en todos los equipos. Tal vez el buen rendimiento de Jaume Doménech ha eclipsado la importancia que tenía la figura de Alves en el Valencia de los 77 puntos. Pero Diego es mucho más que un buen portero. Es un líder, un jugador con un ego, un guardameta que con su ´performance´ hace la portería pequeña a los delanteros cuando se disponen a lanzar un penalti. Me dicen que ya ha llamado a la puerta del despacho de Gary Neville para decirle: «Míster, estoy para jugar». Y, os digo una cosa, si realmente está para jugar, que vuelva cuanto antes. Si puede ser para la vuelta de la eliminatoria contra el Barça, mejor. Esa tanda de penaltis con Alves haciendo la portería pequeña ante la MSN... ¡Lo estoy viendo!

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