No. Si leen el titular sin más observación pensarán que estoy rompiendo una lanza a favor de Gary Neville. Pero no, mis tiros no van por ahí. Sí se trata, sin embargo, de darnos cuenta que lo realmente importante, lo que manda sobre todo lo demás, no reside en la buena o mala trayectoria de Gary Neville. Para mí lo importante en estos momentos es el día después de Gary Neville. Y es importante por una sencilla razón. Neville es evidente que ha perdido cualquier trascendencia sobre la actual plantilla. Pero lo importante no es simplemente el futuro de Gary. Lo realmente preocupante es que en la agenda del máximo accionista del Valencia figure otro nombre similar a los que ya ha tenido a su servicio. Y no. No hace falta un Nuno empeñado en agradar a Jorge Mendes ni un Gary Neville incapaz de imponer sus conocimientos a su plantilla profesional. El cambio debe ser más profundo. Y el único que puede tomar esta decisión no es otro que Peter Lim.

Un tipo experto

Para mí la solución es clara y contundente. El Valencia necesita un tipo experto en la Liga y con los suficientes conocimientos para poner a trabajar a un grupo de profesionales que en su mayoría sólo representan a un grupo de jóvenes talentos que hoy por hoy no saben ni lo que hacen ni para quién lo hacen. Tirar hoy en día a diez jugadores carísimos -o malvenderlos, que al fin y al cabo se trataría de eso- es una incoherencia absoluta. Se trata, claramente, de evitar el descenso que algunos ven ya cerca -yo no- y de fichar o tener a un técnico de suficientes garantías y conocimientos como para sacarle buen jugo a esta plantilla. Y no se trata de que a Peter Lim le dé por traer otro técnico más o menos amiguete estilo Nuno o Gary y dejar que el Valencia se siga pudriendo.

El que manda

Y vuelvo a lo mismo que antes. Aquí podemos estar haciendo mil conjeturas de cómo resolver el profundo problema que asola al Valencia pero realmente de lo que se trata es de que Peter Lim se dé cuenta de que un equipo de fútbol es mucho más que un grupo de jóvenes valores mal unidos entre sí y dirigidos por técnicos o bien inexpertos o bien con un jugoso contrato con el intermediario de turno. Se trata, al fin y al cabo, de dar sentido a esta plantilla tan neófita y tan poco experta para otorgarle tranquilidad y que a partir de ahí empiece a crecer. Yo tengo claro cual sería mi apuesta, o para ser más sincero tengo claro qué tipo de apuesta haría. Ficharía a un entrenador que no trabajara para un intermediario y que tuviera contrastada experiencia en el fútbol español. Para inexpertos, como ya he dicho, ya tenemos a la mayoría de futbolistas. Y a inexpertos jamás les podrán enseñar técnicos inexpertos de por sí. Ahora bien, un tipo que sepa de qué va este negocio y como sacar partido a una plantilla tan joven como la actual sería lo fundamental.

El papel de Voro

Se han alzado ya muchas voces en defensa del papel que puede jugar Voro en un futuro inmediato. Recordemos que el actual delegado tiene en vigor su papel como entrenador y por lo tanto sí podría dar el paso de coger ahora al equipo con tal de evitar males mayores. Pero, ¿es esa la solución? Ayer en el debate de la 97.7 Radio con Ximo Rovira, mis compañeros Cayetano Ros y Vicent Sempere sí apostaban por la presencia de Voro. Yo tengo dudas. Para Voro es un marrón considerable y desde mi punto de vista sería un marrón importante meterlo ahora en esa faena. Ahora bien, lo importante no es lo que opinemos Sempere, Ros, Rovira o yo mismo, se trata de pensar cómo lo ve ese dueño que hace tiempo dejó de visitar Mestalla y vive en Singapur mirando de reojo a Cristiano Ronaldo y al Manchester. Peter Lim es el dueño y es a él a quien debemos pedir soluciones urgentes. Pero vaya por delante mi oposición a fichar cualquier entrenador de medio pelo para la próxima campaña.

Más artículos de opinión de Vicente Bau, aquí.