Hay algo que no alcanzo a comprender, Salvatore. De verdad necesito que me lo explique. ¿Aún no vas a darte cuenta de la realidad, cuando a la mayoría de los mortales no nos llega la camisa al cuerpo? ¿Que si es seria la posibilidad de descenso? Más que el semblante de Buster Keaton, muchacho. Seria no, seria y angustiosamente cercana.

No es plan de ponerme a recordarte que te lo llevo diciendo desde el primer partido de la segunda vuelta (ante el Rayo y en Mestalla). Pero cierto es que cuando vi lo que pasó en aquella matinal tuve claro que el Valencia iba a pelear este año por no perder la categoría. Me tildásteis de loco y le quitastéis importancia a lo que tenía ante mis ojos y desgraciadamente los hechos nos han traído hasta aquí. A principios del mes de abril y con solo cinco equipos por detrás en la tabla clasificatoria, estás a dos partidos del descenso.

Y aún con todo, eso no es lo peor (la situación, digo). Con todo, lo peor es la sensación que deja este grupo, al que difícilmente se le puede llamar equipo.

Mira, si hubiera que ganar cinco o seis de los próximos siete partidos vería la preocupación desde la lógica. Pero hacen falta cuatro puntos (si son seis, mejor). O sea, hay que ganar un partido y empatar otro... ¡y estamos teniendo dudas de escapar de la quema! Eso es lo que más miedo me da. El hecho de que se haya instalado en el valencianista de a pie la convicción casi definitiva de que va a costar sangre, sudor y lágrimas cubrir unos objetivos mínimos.

No voy a entrar en el topicazo de que esta plantilla estaba preparada para otros objetivos. Primero porque si lo estaba, no lo han demostrado. O sea, que ahora toca apechugar. Y segundo porque el buen profesional lo es en cualquier circunstancia. Y a mí lo que me preocupa es la falta de identidad y el exceso de autocomplacencia. Podrás estar mal, podrás tener mala suerte, podrás tener bajas, podrás estar falto de un patrón futbolístico, pero cuando pierdes 2-1 ante un rival directo y te estás metiendo en el fango hasta el cuello, no es de recibo ir al trote como se fue en la segunda parte del estadio Gran Canaria. Y eso es lo que me aterra.

Porque esa incomparecencia por falta de competitividad, te convierte en el peor de todos los equipos que lucha por escapar del descenso. O hay una reacción de estos futbolistas y mueren hasta la extenuación en cada pelota, o el valencianismo va a sufir mucho.

Recuerda, dos partidos de siete y tenemos dudas. ¿Sigues creyendo que la posibilidad del descenso no es tan seria como para preocuparse? No te entiendo, de verdad.

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