Los hay que están convencidos porque su equipo está por encima de todo, otros simplemente se ven en la obligación de arrimar el hombro una vez más y todavía quedan aficionados que no tragan con esto de apoyar a unos jugadores que no les representan. Hay tiempo hasta el domingo a las 14:30 para que el Valencia los gane para la causa y seguramente será mucho más fácil si, además de pedir apoyo y unión, entendemos que también es buen momento de decir a la gente las cosas como son. No es momento de reproches ni de buscar culpables, pero sí de decirle a los aficionados que el equipo está como está porque un indocumentado planificó la temporada a dos partidos con el objetivo de estar en la Champions y cumplir su objetivo, sin llegar a entender que casi todo lo importante venía después. No es que Suso García Pitarch haya descubierto nada que no supiéramos, pero tranquiliza que alguien con cargo en este club se dirija a la afición y -hasta donde puede leer- les confirme que no están locos ni son ellos la semilla del mal por manifestar su disconformidad en la grada. Muchos, en especial esos que hablan de la afición del Valencia desde Madrid, se la van a comer el domingo cuando asistan a lo que viviremos en Mestalla. Si esto sale bien y el Sevilla de Emery se va calentito de Mestalla, algo sacaremos en limpio de una temporada que se iba directamente a la basura. Como mal menor.

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