Puede que el Valencia ya no necesite contar más con Feghouli en lo que resta de temporada, pero el Levante sí necesita a Deyverson, a Simao y a Feddal al menos hasta ver qué pasa en los dos próximos partidos. La indignación del aficionado con los futbolistas es lógica. Se fueron de fiesta hasta las siete de la mañana después de perder con el Betis y dejar al equipo a un paso de irse a segunda división. Y encima, esos aficionados dolidos por cómo está el equipo y la nula sensibilidad de estos jugadores, el viernes irán a animar porque el Levante UD está por encima de todo. Hay que intentarlo hasta el final y llenar el Ciutat.

El asunto de Feghouli ha terminado por explotar y es lógico porque un futbolista que decide no renovar y agota su contrato es una bomba para cualquier club. Si acaba la templorada en la grada, no hay que descartarlo, ni será el primero ni el último. La reacción de su agente, que publica SUPER, también entra en lo que se puede considerar normal. Él tiene que defender a su jugador, a estas alturas el Valencia ya le importa poco o nada y mucho menos el entrenador, que el sábado antes del partido con el Sevilla ya daba a Feghouli por perdido. Más allá de que discrepen en las formas, el fondo de la cuestión es indiccutible. Feghouli podía haber salido del Valencia mucho mejor si no hubiera cometido tantos errores. El aficionado le ha tomado la matrícula.

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