La salida de Gary Neville del Valencia fue, dice un portavoz del propietario, «amistosa». Como su fichaje, pues. La amistad por encima de todo. La verdad, el valencianismo tiene demasiadas cosas en qué pensar como para volver ahora al despido del inglés, que ya es historia, aunque llama la atención que desde Singapur alguien lo vea una vez más de otra manera. Y se preocupe por limpiar la imagen de Neville. Y por que nadie dude que Peter Lim estaba de negocios en Bali, no de vacaciones. ¿Y la imagen del Valencia CF? Porque del ridículo del Valencia, nueve días con su entrenador cedido a la selección inglesa mientras se estaba jugando no bajar a segunda división, no se ocupa el funcionario que ha escrito eso.

Es posible

Tampoco el levantinismo está para perder el tiempo, entre el viernes 15 y el jueves 21, Espanyol y Granada, se juega sus opciones de seguir enchufado a la primera división. Costará más o menos, porque todo lo que ocurrió entre el sábado noche y la madrugada del domingo es para desmoralizar a cualquiera, pero el aficionado granota tampoco va a dejar solo al equipo. Solo hay una manera de ganar y evitar el desastre y es juntos, conseguir que toda esa bronca se transforme en el revulsivo para salir de esta. El Levante sempre en primera es posible.

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