En su primer partido el Valencia de Prandelli cambió poco respecto a lo que por ejemplo planteó Voro en Leganés, lo que viene a confirmar que Pako Ayestaran vivía en otro mundo. La naturaleza no da saltos y el fútbol tampoco, así que imagino decepcionado a quien esperara un cambio drástico, pero como yo lo veo, la mejor noticia -al margen de los tres puntos, obviamente- es precisamente esa, que Prandelli cambió pocas cosas de un día para otro. Y es la mejor noticia porque lo contrario significaría que en el banquillo del Valencia, en vez de un entrenador hay un aspirante a entrenador, cosa que por otra parte no sería ninguna novedad. Pretender hacer una revolución en un día es un brindis al sol. Otra cosa es que todos vemos en el equipo muchas cosas a mejorar, pero no puede ser de otra manera, es decir, si el equipo no tuviera cosas a mejorar no habría hecho falta cambiar al entrenador. A partir de ahí, aplico las palabras de Garay cuando dice que no es lo mismo trabajar durante la semana si has ganado, o dicho de otra forma, imaginemos que hoy es lunes, que el sábado viene el FC Valors a Mestalla y que hubiésemos perdido en Gijón. Pues eso. ¿Es o no es importante la victoria?

Por otra parte, soy de los que piensa que el Sporting ha sido el rival ideal para calibrar el nivel del Valencia. No hay más. Nuestra realidad es que hemos necesitado mucho trabajo, sufrir condenadamente y que la suerte nos guiñe un ojo, para ganar a un equipo con una falta de calidad en ataque de tal calibre, que no tiene más remedio que suplirla con entrega incondicional, de ahí, que cuando acusó anímicamente el golpe del segundo gol y las fuerzas le fallaron, fuese relativamente fácil mantener la ventaja. Ya sabemos que estamos a años luz del Atlético y que para ganar a Sporting y Leganés tenemos que sufrir, a partir de ahí el objetivo no puede ser otro que crecer poco a poco como equipo para poder tener mayor control sobre los partidos. Si lo piensas, lo mejor es eso, que todavía no hemos sido un equipo, y que a poco que lo seamos, iremos para arriba. Dime optimista...

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