Posiblemente lo popular en estos momentos sea cargar contra todos, incluidos los futbolistas, pero lo que había que decir ya lo ha dicho el valencianismo donde tiene que decirlo. Hace unos meses en la Junta de Accionistas y el pasado martes en Mestalla. Esos son los foros adecuados y ahí el veredicto de los accionistas y de los aficionados ha sido claro. ¡Basta ya! Es un antes y un después, un punto de inflexión creo que sin retorno que obliga a ser práctico y mirar el plato de lentejas que tenemos en los morros, que por duro que sea de digerir, no es otro que evitar el descenso entre todos. Lo que sucedió en Mestalla deja una gran lección para el futuro que ya se había dado en el pasado; más allá de mayorías accionariales y más allá de la ley mercantil, está el valencianismo, cuya fuerza y vigor es difícil de parar. La afición ha finiquitado el proyecto Meriton, síntoma evidente del poder que ostenta, pues bien, canalicemos ese poder en positivo, y seamos prácticos. Si la prioridad es que el Valencia no descienda a segunda división, ayudemos al equipo. No veo otra solución. Es más, hasta me atrevo a decir que es irresponsable esperar a que lo hagan Peter Lim y compañía. El descenso de categoría solo lo pueden evitar los futbolistas y Voro. Repito, seamos prácticos. Supongo que muchos de los que estén leyendo esto hasta se sentirán ofendidos porque un periodista les diga que ahora, encima, hay que apoyar a los jugadores que son los que no ganan los partidos y los que por lo tanto tienen al equipo al borde del abismo, pero insisto en que esto es una cuestión práctica, y que está muy por encima de los jugadores, del dueño, de la presidenta y del director deportivo, es cuestión de estado, de escudo. Si el valencianismo ha sido capaz de ponerle fecha de caducidad -falta saber cómo y cuándo- a Meriton y su poderío económico con su abrumadora mayoría absoluta accionarial, puede evitar el descenso del Valencia a segunda división. Esa es la gran lectura que saco del partido ante el Celta de Vigo, que el valencianismo está más vivo y unido que nunca. Mestalla quita y pone presidentes y gana partidos. Al frente del Valencia está ahora la persona más sensata que ha tenido poder en este club en mucho tiempo, Voro, -¡él sí es un héroe!- y a él debemos encomendarnos. Voro pide apoyo y no se lo podemos negar, porque de él sí me creo que lo dice por el bien común. No lo parece, pero está en nuestras manos.

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