El Valencia se ha convertido en un sainete. Desde el fichaje de Gary Neville, los despropósitos en el club de Mestalla se han sucedido y lo peor es que los aficionados estamos anestesiados ante tanto ridículo y asimilamos ya como normales situaciones de lo más surrealistas. Cualquier decisión que toma Peter Lim no hace más que perjudicar la imagen de un club que hace unos pocos años era ejemplo de gestión deportiva, que al fin y al cabo es lo importante en un club de fútbol. Prandelli y Suso se han borrado, sí, pero al menos han dejado al descubierto lo que ya se suponía: el propietario va a su bola y no delega en profesionales para que tomen las decisiones. Pero para denunciar esa realidad, tanto el italiano como el vallbonense se han cubierto de gloria. Han puesto en marcha el ventilador y han salpicado a otros empleados del club que jamás deberían ser noticia. Prandelli dejó mal a Suso con la famosa escena de la silla vacía. Suso atacó a Damià Vidagany, llamándole «embudo» no sin antes autoproclamarse el «paraguas» de Meriton. De locos. Aquello parecía Mas Masià, con tanto embudo, tanto paraguas y utensilios varios. De verdad, qué manera de tirar por el suelo y patear el escudo del Valencia. Para eso habría sido mejor hacer un comunicado y no ensuciar más la imagen del club.Torpes

Paralelamente, Mario Suárez enciende otra hoguera con su comentario en Instagram acusando a un compañero de borrarse. Es de traca. El chaval hizo quizá el peor partido de su carerra en el Sadar -esperemos- y no contento con eso cae en el error de señalar a un compañero. Imagínense el ambiente en el vestuario. El pobre Voro no da abasto apagando incendios. Cuando parece que tenía ya sofocado el de Fede Cartabia, le aparece el de Mario Suárez. Y mientras, dirigiendo entrenamientos, haciendo convocatorias y pensando en onces titulares. De verdad, la insignia de oro y brillantes se quedaría corta como recompensa para Voro por los servicios prestados. Y un busto en la plaza de la afición, también.Caspa

Y si no teníamos bastante con sillas, embudos, paraguas y mensajes de Instagram, aparece Paquirrín y se ofrece como entrenador para meter al Valencia en la UEFA. No podíamos caer más bajo. ¡Paquirrín! El máximo exponente de la caspa televisiva del país, con permiso de la Esteban, aparece como actor secundario en el sainete en el que se ha convertido el Valencia de Meriton. ¿Qué será lo siguiente? El valencianismo no merece esto.#AmuntMésQueMai

Me emociona abrir Twitter y ver un video de David Villa con un mensaje de apoyo al Valencia en estos momentos difíciles. Pero me gusta todavía más leer a jugadores como Hedwiges Maduro o David Navarro, que no tuvieron el calado del Guaje entre la afición, sumarse a esta campaña promovida por la Asociación de Futbolistas. Quizás unos tuits y un hastag no sirvan para ganar al Espanyol. Pero sí para darnos cuenta de la grandeza de este sentimiento llamado Valencia. «Pare, anem a eixir d’esta segur». Tiene razón Lato.

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