Orgullo taronja

Pase lo que pase en este final de temporada hay que sentirse muy orgulloso de este equipo y de esta plantilla. Y no sólo porque se haya conseguido el objetivo de la Euroliga y se hayan disputado las tres finales, sino por la implicación y el espíritu demostrado por el equipo durante toda la temporada.

Cultura del Esfuerzo

Si el Valencia Basket se moviera únicamente por la filosofía que luce en sus camisetas, ‘Cultura del Esfuerzo’, tendría que renovar este verano a todo el equipo al precio que fuese. Del primero al último. Está claro que el baloncesto son más cosas y eso no puede suceder, pero a esfuerzo nadie ha ganado a este equipo durante estos meses.

La fuerza de Van Rossom

También me quiero acordar de todos los jugadores que han arriesgado su salud por ayudar al club a llegar tan lejos esta campaña. Los últimos Rafa Martínez y Vives, pero sobre todo Sam Van Rossom. El belga finaliza contrato el 30 de junio y acaba de ser operado en Bélgica de su rodilla. Ese paso por el quirófano se debe, en parte, por la ‘obligada’ sobrecarga de minutos tras la Copa del Rey. Es justo acordarse de él ahora, pero tal vez también en las próximas semanas. Su fuerza nos acompaña.

Un título por el 30 aniversario

El título no siempre va a parar a las manos de quién más lo merece. Lo hemos visto muchas veces en la historia e incluso sufrido en carnes propias en los últimos cuatro meses. No obstante, tengo muy claro que si alguien merece esta Liga Endesa es el Valencia Basket. Sería, sin lugar a dudas, el REGALO con mayúsculas por el 30 aniversario del club. La guinda a una efeméride que ya toca a su fin.