El buen hacer profesional y la gestión eficiente son cualidades inversamente proporcionales a la cultura de ´bolsillos llenos´ y ´tonto el último´ que impera entre la clase dirigente de nuestra querida España. Una atmósfera viciada donde en la última década ha quedado también atrapado el fútbol. Durante ese tiempo lumbreras como Tebas y Villar, pero sobre todo una mayoría de presidentes de club han conseguido lo imposible. Los mismos que se llenaban la boca hablando con palabrería hueca de la mejor liga del mundo o de la Liga de las Estrellas lo único que han hecho desde los despachos ha sido devaluarla, desprestigiar un producto que debería valer, al menos, igual que la Premier League. El acuerdo por el que los equipos de la antigua Britania, entre 2016 y 2019, se repartirán como ingresos de televisión 6.900 millones de euros debe de pintar de rojo tomate -de rojo vergüenza- la cara de los cerebros (no)pensantes y cuerpos acomodados del fútbol español. Los señores en cuestión han desaprovechado una oportunidad histórica, años no demasiado lejanos en los que Valencia y Sevilla llegaron a ser reconocidos gracias a sus éxitos como los mejores del planeta, en los que la selección española reinó tiránicamente en Europa y el mundo y donde más recientemente el Atlético ha vuelto a demostrar que, a pesar de la desigualdad consentida, sí se puede competir con los principales glotones del pastel, Madrid y Barça. El curso pasado los dos aglutinaron 280 de los 755 millones que los teleoperadores pagaron en ventas individualizadas. Ahora los clubes apremian para que un Real Decreto equipare desde 2016 el sistema con el de las grandes ligas europeas, la venta centralizada: un paso que en Italia, país que tampoco es que sea un modelo de políticas coherentes, se dio en 2010. Con esto se espera hacer un reparto más equitativo y recaudar por la venta conjunta alrededor de mil millones. La temporada pasada la Premier ya amasó 1.900 ´kilos´, producto entre otros factores de la conquista del mercado asiático. En breve la liga inglesa estará al nivel de las espectaculares competiciones deportivas de los yankees: la NFL, MLB o NBA. Sin embargo, en España los frutos son distintos por culpa del pésimo maniobrar durante años de muchos clubes -en realidad, sociedades anónimas- y sus presidentes, endeudándose sin responsabilidad con el dinero de la tele. Es la razón por la que equipos modestos y alguno que no lo es tanto han aceptado las migajas de Tebas y Roures, los cómplices de esta desastrosa injusticia...Spain is different!