Ni un futbolista que ha sido campeón del mundo es capaz de controlar los rumores sobre su persona, pero Mata se acoge a su nivel de inteligencia para permanecer en silencio cuando le sacan el sinfín de equipos a los que se le asocia. Otros se habrían dejado vender con cualquier declaración y besar el escudo en el futuro si no cambia de aires. Tampoco he escuchado al agente del asturiano —no confundir con su padre, porque una cosa es su trabajo y otra la relación familiar— decir que «estamos negociando con uno u otro club». ¿Entonces? El camino correcto lo tienen claro todas las partes; si el representante recibe una propuesta la transmitirá directamente el club, que será quien dé o no luz verde, mientras tanto, lo ideal es el silencio.

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