Puede sonar a tópico pero no lo es. Llegó en su adolescencia, con apenas 18 años, pero con la madurez de estar varios años lejos de casa y de su familia. Su esfuerzo y dedicación le ha llevado a ser un futbolista de élite, a ser campeón del mundo con una larga lista de títulos en las categorías inferiores, pero eso no ha significado que pierda sus valores, él es una persona agradecida a los que le han dado la oportunidad de vivir lo que en su infancia era un sueño. En los últimos días he intercambiado varios sms con él con la singularidad que me los escribía en valenciano… y eso habla bien claro de lo integrado que estaba en su segunda casa.

twitter.com/PauFuster