Parecía que el acuerdo por la continuidad del trinquet Pelayo estaba cerrado pero el futuro de la catedral vuelve a estar en peligro.

El empresario y mecenas de la pilota, José Luís López, había pactado con el propietario, Jaime Amorós, un alquiler con opción de compra ejecutable a los cinco años. Solamente faltaba ultimar unos flecos que resolverían los abogados de las partes al volver de las vacaciones.

Ahora, sin embargo, Amorós ha rechazado los 600.000 euros que le ofrecía López. «Dice que la cantidad no cumple con sus expectativas», señala López.

José Luís López se mostraba ayer apesadumbrado por el giro inesperado en las negociaciones. Sus palabras también denotaban cierta sensación de hastío. «Yo quiero la pilota con locura pero pretendo acabar ya con este tema porque me está consumiendo. Si se tratase de uno de mis negocios ya me habría retirado hace tiempo», decía.

Pese a que José Luís López evitó en todo momento el término ‘ultimatum’, aseguró a este diario que ayer realizó su última oferta, vía correo electrónico. «El catastro refleja que el precio del trinquet es de 472.000 euros pero el año 2009 la Generalitat lo tasó en 672.000. Yo he propuesto que un tasador neutral de la propiedad inmobiliaria lo valore de acuerdo al mercado actual, pero el señor Amorós no acepta. Por tanto, he hecho una oferta definitiva de 600.000 euros más la subida del IPC. Es decir, que si la opción de compra se ejecutase de aquí a cinco años, el precio sería de 600.000 euros más lo que haya subido la vida en ese tiempo. Ahora es el señor Amorós el que debe contestar en los próximos días y por el bien de Pelayo espero que cerremos el acuerdo», comentaba López.

Además de la cantidad señalada para la compra, López desembolsaría a Arturo Tuzón otros 112.000 euros por el traspaso de la licencia de actividad y se haría cargo de la remodelación del trinquet.

En cuanto al posible cese de la licencia de actividad, que con la normativa actual sería prácticamente imposible renovar, Tuzón señalaba ayer que «yo me he desvinculado. El día que nos reunimos en Les Corts pacté con José Luís que él se haría cargo de los pagos desde agosto. O sea, que la licencia se mantedrá vigente mientras él quiera».