Aunque dentro del béisbol de las Grandes Ligas ya no sorprende nada de lo relacionado al consumo de substancias prohibidas, la noticia que el jardinero dominicano Manny Ramírez dio positivo a un control antidopaje volvió a generar estupor y desilusión dentro del deporte pasatiempo nacional.

Mucho más cuando la oficina del comisionado, Bud Selig, dio a conocer hoy, jueves, de manera oficial el positivo de Ramírez, sin que estableciese el tipo de substancia y la suspensión por 50 partidos.

De inmediato, también se valoró no sólo el daño de la imagen que causa al deporte del béisbol sino la repercusión para su propio equipo de los Dodgers de Los Ángeles, de la Liga Nacional, que tiene la mejor marca en las mayores y ha batido un récord histórico con 13 triunfos consecutivos en su campo.

De ahí que los equipos rivales de los Dodgers también haya tenido que revisar su calendario para ver si durante el periodo de suspensión de Ramírez que será hasta el próximo 3 de julio tendrían que enfrentarse con el equipo californiano.

El manejador de los Cachorros de Chicago Lou Piniella, que se encuentra en Houston para una serie contra los Astros, no quiso hacer comentarios al respecto, pero si reiteró que ese tipo de noticias para nada favorecía la imagen y proyección de limpieza del deporte del béisbol.

"Mi preocupación son los Cachorros y por lo tanto no tengo tampoco conocimiento de lo que ha sucedido con Ramírez, pero ciertamente no es la mejor noticia que podíamos recibir", señaló Piniella. "Más que el efecto deportivo, pienso que el daño es general para todos".

Por su parte, el veterano piloto de los Cardenales de San Luis, Tony La Russa estaba conversando con los periodistas antes del partido del jueves contra los Piratas de Pittsburgh cuando un empleado del equipo llegó al vestuario y le dio a conocer la noticia de la suspensión de los 50 partidos a Ramírez.

La primera reacción de La Russa fue la de incredulidad e inclusive le dijo que "estás tomándome el pelo", a lo que el empleo le respondió que era verdad.

Fue entonces cuando La Russa revisó el calendario de los Cardenales para ver si iban a jugar contra los Dodgers antes del próximo 3 de julio.

Lo que si quedó de manifiesto en todas la reacciones fue el asombro y el interés que ha generado la suspensión no sólo dentro del béisbol sino a través de otros deportes, al considerar que vuelve a llegar en el peor momento para la imagen de los atletas profesionales que además ganan millones de dólares.

Ramírez, el pasado marzo, firmó un contrato con los Dodgers por dos temporadas y 45 millones de dólares, de los cuales este año iba a cobrar 25 y ahora se quedará sin un tercio del mismo.

Aunque la oficina del comisionado de las mayores no anunció la sustancia a la que dio positivo Ramírez, no está establecido en el convenio colectivo, el jardinero de los Dodgers anunció a través de un comunicado oficial que no fueron esteroides, sino una medicina que le recetó un médico que contenía una sustancia prohibida.

"Según el reglamento, ese error ahora es mi responsabilidad", dijo Ramírez en un comunicado divulgada por el sindicato de jugadores. "Me aconsejaron no decir nada más por ahora".

Ramírez dijo que en las cinco últimas temporadas le realizaron unos 15 controles antidopaje y todos fueron negativos, pero el más reciente lo coloca en la lista de jugadores cuyas carreras se han visto manchadas por la sospecha o el uso confirmado de drogas, entre ellos Mark McGwire, Barry Bonds, Roger Clemens y Alex Rodríguez.

El sentir generalizado de los peloteros es que vuelve a ser una jornada muy negativa para el deporte del béisbol al ver como nunca se acaba la pesadilla del dopaje al surgir nuevos casos y además de figuras como Ramírez.

El jardinero dominicano es el líder indiscutible de los Dodgers y ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) en las Series Mundiales del 2004 cuando jugaba con los Medias Rojas de Boston.

Precisamente, en el estadio Fenway Park, donde Ramírez tuvo sus mejores años con los Medias Rojas, la autora de su biografía autorizada, Jean Rhodes, dijo que su primera sospecha fue que la droga prohibida podría ser marihuana.

"Uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y no tengo toda la información", comentó Rhodes, autora del libro "Becoming Manny: Inside the Life of Baseball's Most Enigmatic Slugger". (Convirtiéndose en Manny: En la Vida del Toletero Más Enigmático en del Béisbol).

Los Medias Rojas traspasaron a Ramírez a finales de la pasada temporada y lo envió a los Dodgers, con los que bateó .396, con 17 jonrones y 53 remolcadas en 53 partidos para ayudar al equipo a clasificarse a la fase final.

"Obviamente es un jugador importante, y no va a jugar por bastante tiempo", comentó el piloto de los Rockies de Colorado, Clint Hurdle. "Ya veremos cómo maneja la adversidad su equipo. ¿Pueden ganar sin él? Estoy seguro que confían que pueden hacerlo. Pero yo sé que son un equipo diferente sin él en la alineación".

Tan diferente como que Ramírez, de 36 años, en lo que va de temporada, aunque llegó tarde al entrenamiento de primavera, es el líder de los Dodgers en promedio de bateo (.348), embasamiento (.492), slugging (.641) y cuadrangulares (6), mientras que tiene ya 20 carreras impulsadas.

Ni los Dodgers ni el manejador del equipo Joe Torre todavía han dado a conocer ningún comunicado oficial, aunque se espera que lo hagan antes que esta noche se dispute el segundo partido de una serie que juegan contra los Nacionales de Washington en su campo del Dodger Stadium.