El escocés Andy Murray, tercer favorito, sufrió hoy ante el estadounidense Robert Kendrick para continuar sosteniendo las esperanzas de todo un país en Wimbledon, un torneo "extra especial" para el de Dunblane, en una segunda jornada en la que sorprendió la tempranísima baja del ruso Marat Safin, semifinalista el pasado año.

Con toda la prensa local pendiente de cada movimiento, el jugador escocés mantuvo en vilo al público fiel y entregado de la antiguamente llamada "Colina Henman" y rebautizada ahora como "Montaña Murray".

Sus hinchas estuvieron ahí durante un encuentro que el tenista nacional -el único británico del cuadro masculino que representa a Reino Unido- liquidó exitoso por 7-5, 6-7 (3), 6-3 y 6-4.

Murray, el tercer cabeza de serie y uno de los grandes favoritos este año para ganar la competición ante la baja del defensor del título, el lesionado Rafa Nadal, jugará en segunda ronda con el letón Ernests Gulbis, tras imponerse éste al italiano Riccardo Ghedin.

Para el escocés no fue simplemente "coser y cantar". El tenista reconoció que podía prever un duelo "tan duro" como el de hoy porque ya conocía a su rival.

"Con él ya he jugado un par de veces y más o menos podía anticipar lo que se venía encima. Me fastidió perder el segundo set porque tuvo unas cuantas ocasiones. Y bueno, ha sido un partido difícil", admitió Murray.

Incidió en el hecho de que Wimbledon es, para él, un Grand Slam "extra especial" donde se encuentra "en casa", dijo, "con el apoyo de los tuyos".

Tuvo tiempo para aludir a unas declaraciones hechas por el ex tenista australiano Pat Cash, que había comentado que la "voz" del británico le parecía "aburrida y monótona".

"La verdad, sinceramente me trae sin cuidado" explicó Murray mientras sonreía. "Ya he dicho que no pienso que yo tenga una voz especialmente interesante pero vamos, tampoco lo tiene que ser. Dejo que mi tenis lo diga todo. Y creo que es bastante interesante...".

En esta categoría, el argentino y quinto cabeza de serie Juan Martín Del Potro, sobre el que hay puestas muchas esperanzas, solventó, también, el primer obstáculo ante el francés Arnaud Clement.

"Delpo" disfrutó de su paso por la Central y no defraudó al arrollar a su rival en tres sets. "Ha sido más fácil de lo esperado", confesó el argentino, que se medirá con el australiano Lleyton Hewitt, su "ídolo" cuando comenzaba a dar los primeros raquetazos.

También progresó el estadounidense Andy Roddick, que se impuso al galo Jeremy Chardy, aunque entre las notas llamativas de la jornada, sorprendió la prematura marcha del ruso Marat Safin, semifinalista de la pasada edición y uno de los favoritos, el decimocuarto.

El ruso dijo adiós en el cuadro masculino ante el estadounidense Jess Levine. "No ha sido mi día, no ha sido la situación perfecta y no es la manera de terminar la historia con Wimbledon", comentó.

Safin quiso mostrarse filosófico aunque se le vio claramente contrariado. "Bueno, así es la vida y todavía me quedan muchísimos años por delante", aseguró.

En la categoría femenina, la primera cabeza de serie, la rusa Dinara Safina, se encontró con una Lourdes Domínguez peleona, que le hizo sudar en un primer parcial que terminó finalmente llevándose la favorita.

Safina no tuvo más remedio que elogiar las artes de la española y así lo comentó en la rueda de prensa posterior: "Ya he jugado contra ella un par de veces y siempre tuve partidos fáciles pero hoy ha jugado un gran tenis. Ha combinado muy bien todas sus jugadas y ha hecho un gran partido", admitió.

Por su parte, otra de las "gigantes" en la categoría de las chicas, la mayor de las Williams, Venus, defensora del título, liquidó por 6-3 y 6-2 a la suiza Stefani Voegele en un choque que la norteamericana "disfrutó mucho" y tras el que volvió a recordar "todo" lo que Wimbledon significa para ella.

"Es un lugar de grandes éxitos, de muchísimas victorias y de total alegría", comentó la jugadora. También se abrió paso en la competición la serbia Jelena Jankovic, sexta favorita, que tuvo que recibir tratamiento en el pie durante este duelo, al imponerse a la jugadora alemana Julia Goerges.