«Nadal nunca habla de su vida privada y no va a hacerlo ahora tampoco. Su ausencia de Wimbledon se debe sólo a una lesión tal y como dijo en la rueda de prensa que dio el viernes en Londres». Con esas palabras de Benito Pérez Barbadillo a Superdeporte, el portavoz del número 1 del mundo niega que haya algún motivo personal en su decisión de no participar en el torneo londinense, tal y como insinúan desde Inglaterra algunos diarios como ´The Times´ o el ´Daily Mail´.

Y es que aunque ninguno niega que Nadal este lesionado, hacen especial énfasis en que la clave de su mal momento está más en el problema anímico que le está causando la separación de sus padres, Sebastián y Ana María.

La separación es un hecho y prueba de ello es que desde el triunfo de Nadal en Wimbledon hace justo un año no se les ha vuelto a ver juntos, cuando era habitual que acudieran a cada torneo importante de su hijo. Eso sí, tampoco se le puede achacar a ello la mala racha de Nadal desde el torneo de Madrid, donde perdió la final ante Federer. Y es que aunque esté sufriendo anímicamente por problemas familiares, Nadal demostró poder superarlo tanto en la última parte de la temporada 2008 como en la primera de la actual, con triunfos tan significativos como los logrados en los Juegos Olímpicos de Pekín, en el Abierto de Australia, en Indian Wells, en Roma, en Montecarlo o en el Conde de Godó y, sobre todo, con su llegada al número 1 del mundo que ahora ve peligrar precisamente por su ausencia de Wimbledon.

´The Times´, sin embargo, cita a una fuente próxima al jugador que asegura que «está destrozado. Durante los pasados meses ha tratado de encarrilar su tenis, pero su corazón está en otra parte. En público pone buena cara, pero en privado confía en una reconciliación. Ha hablado de reestructurar su cuerpo después de darse de baja del torneo pero aún tiene que lidiar con una tarea más complicada como la de reestructurar toda su vida».