Los ex campeones mundiales de ajedrez Gary Kasparov y Anatoly Karpov están disputando en estos momentos las primeras partidas de exhibición que les enfrentará en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia durante los próximos días. Ambos han coincidido en señalar que han vuelto a reeditar sus míticos duelos para "devolver al ajedrez a su lugar".

Y es que la expectación y repercusión mundial que ha despertado este duelo, a pesar de su carácter de exhibición, no tiene nada que envidiar al que han tenido las últimas finales mundiales.

Durante casi una década el enfrentamiento entre los dos ajedrecistas rusos traspasó fronteras y ahora vuelven a medirse en el tablero casi un cuarto de siglo después de su primer enfrentamiento.

"Me da mucha pena la actualidad ajedrecística mundial y espero que este duelo pueda ayudar a mejor el mundo del ajedrez", señalaba Kasparov a Efe. "Para que el ajedrez vuelva a ser lo que era no es sólo importante que haya un duelo personal de dos jugadores, sino que, a parte de que haya buenos deportistas como en cualquier otra disciplina, también es fundamental que haya una buena organización que es lo que le falla al ajedrez. Ahora, desde mi punto de vista, no es buena y por eso ha perdido tanto", añadió.

Por su parte, Anatoly Karpov comentó a Efe que vuelven a enfrentarse porque es muy positivo para la promoción y el desarrollo del juego. Probablemente, esto es lo mejor que podamos hacer como campeones del mundo ajedrez".

Kasparov, que fue campeón del mundo desde 1985 hasta 1993, antes del cisma que provocó con la FIDE, vuelve, a sus 46 años, a la primera plana del ajedrez mundial y asegura que es por el amor a este deporte, aunque inmediatamente puntualiza que no significa su vuelta al profesionalismo que abandonó en 2005.

"En estos últimos años no he estado parado. He estado trabajando, escribiendo mis libros y jugando en internet a veces y, obviamente, en estas últimas semanas he llevado una preparación específica. He jugado unas cuantas partidas con jugadores profesionales y desde hace seis meses he trabajado con Magnus Carlsen y esto me ha ayudado a mantener mis conocimientos ajedrecísticos", relató.

El antaño conocido como 'Ogro de Bakú' no tiene reparos en reconocer que sus duelos con Karpov "crearon a Kasparov como es ahora. Establecieron mi carácter, me dieron presencia en el mundo del ajedrez y en el externo".

"La gran repercusión que está teniendo esta confrontación ahora demuestra lo importante que fue en su tiempo, ya que si ahora es tan seguido después de veinticinco años, imagínate en su momento", comentaba con una gran sonrisa que se tuerce cuando habla de la realidad política de su país y de su frontal oposición con el Gobierno ruso.

"Es difícil saber lo que van a decir y cómo van a tratar este duelo en Rusia, pero imagínate cómo será que aún haciendo Karpov mucha fuerza para que jugáramos en Moscú no se ha podido organizar allí", dijo en este sentido.

Al respecto, Anatoly Karpov se mostraba en su entrevista con Efe más diplomático. "Puede ser", fue su escueta respuesta a la pregunta de si las razones políticas han sido las que han hecho inviable el duelo entre ellos en suelo ruso. "De momento no hay ningún contrato firmado, hay algunos proyectos pero no se sabe si se va a jugar en Rusia o no. Puede que ser que sea por razones políticas", apuntó.

A pesar de que su rival lleva casi cinco años retirado, Karpov no se fía. "Sé que ha estado jugando por internet y en privado con profesionales, además en el último año ha entrenado con Carlsen y está bastante al día", indicó.

El jugador, de 58 años, que accedió al trono mundial del ajedrez en 1975 después de la renuncia del estadounidense Bobby Fischer a jugar la final, no cree que este duelo con Kasparov sea similar al que protagonizaron precisamente Fischer y Boris Spassky en 1992. "Nosotros estamos a un nivel superior al que tenían ellos en aquella época, aunque está claro que aquello fue interesante", explicó.

Karpov y Kasparov protagonizaron 144 partidas oficiales y disputaron cinco enfrentamientos consecutivos por el título mundial hasta 1990, aunque en esta ocasión, al margen del carácter de exhibición de su duelo "será muy diferente", aseguraba Karpov al tratarse de partidas rápidas (ocho) y semi rápidas (cuatro). "Es un ajedrez diferente y la preparación es distinta", concluyó.