«Soy de los que piensa que los sueños hay que hacerlos realidad. Si quieres conseguirlo, hay que trabajar en serio y creer en ello… al final se consigue. El truco es ilusión y trabajo» asegura Enrique Fenollosa, que junto con Jose Carlos Corral, iniciará dentro de 31 días una Aventura Oceánica. Una Vuelta al Mundo en un velero durante dos años y cinco meses que se podrá seguir paso a paso por internet. Un proyecto por el que han tenido que ‘sacrificar’, entre otras cosas sus trabajos. Fenollosa ha dejado la gerencia de la empresa de tecnología del Puerto de Valencia para perseguir este sueño.

La Aventura Oceánica, una ilusión y un reto

La Aventura Oceánica es un proyecto que tanto Enrique Fenollosa como Jose Carlos Corral tenían en mente desde hace tiempo. «Para cualquier aficionado a la vela, el máximo objetivo es dar la vuelta al mundo» comenta Fenollosa, Ingeniero Superior de Telecomunicación. Una ilusión que un buen día dejó de ser sólo eso, para convertirse en un gran reto. Arrancará dentro de 31 días, cuando zarparán desde el puerto de Valencia. Es un proyecto que han formado, desde cero, entre ambos, «con nuestras manos». Fenollosa es el encargado de la planificación y organización, así como todos los aspectos técnicos de electricidad, electrónica, informática e instalaciones en general, mientras que Corral se centra en la puesta a punto del barco, así como la optimización de todos los aspectos que tengan que ver con la navegación. Llevan tres años planificándolo. «Hemos conseguido que lo que era un sueño sea ahora realidad» apunta Enrique Fenollosa sobre el proyecto.

recorrido

La vuelta al mundo cruzando los océanos

La elección del recorrido es clave según cuenta Fenollosa: «Cuando nos fijamos el proyecto habían dos condiciones fundamentales, dar la vuelta al mundo y cruzar los grandes océanos. Nos motivaba era cruzar los grandes cabos —el de Hornos y el de Buena Esperanza—. Son las mayores dificultades que se puede encontrar un navegante. Hacer el cabo de Hornos es como subir el Everest». Han invertido algo más de tres meses en preparar el recorrido, ya que el tiempo condiciona la navegación. La aventura partirá desde el puerto de Valencia, donde regresarán después, dos años y cinco meses más tarde. «Buscar los momentos adecuados para hacer las cosas, es una de las claves de éxito de este proyecto» señala Fenollosa. La distancia total a recorrer supera las 41.000 millas náuticas.

Principales metas

En principio no se han fijado objetivos de tiempo y distancia, aunque es posible que durante la travesía participen en algunas regatas: «Atravesar los cabos ya es un reto importante. Hacer la vuelta ya es un reto importante a nivel deportivo. En algún momento podemos planteárnoslo, aunque no es nuestro objetivo fundamental. El barco tiene muchas posibilidades, es especial. Se construyó para hacer regata oceánica, ya ha dado una vuelta al mundo, ha participado en regatas importantes y se ha defendido siempre bien».

Seguimiento por internet

La Aventura Oceánica nace en su concepto como un proyecto 2.0 —webs basadas en la creación de contenidos producidos y compartidos por los propios usuarios del portal—, que pretende involucrar de forma proactiva a todas aquella personas interesadas en nuestra vuelta al mundo a vela. Así pues se podrá seguir por internet etapa a etapa las vivencias de estos dos valencianos en su vuelta al mundo desde su página web: «Llevaremos un diario de las principales cosas que nos sucedan, colgaremos fotos y videos e incluso hemos pensado en hacer algún chat cuando estemos en puerto». Es un proyecto tan interactivo que ofrecen la posibilidad de unirse a él en algunas de las etapas y vivir la experiencia de la navegación oceánica.

Fenollosa ha dejado su trabajo de gerente

«Para poder conseguir esta aventura hemos tenido que renunciar a muchas cosas», comenta Fenollosa. Y es que no sólo tendrán que ‘abandonar’ a sus familias y su vida de comodidades en Valencia durante su aventura, también han sacrificado sus puestos de trabajo. Enrique Fenollosa ha dimitido de su cargo de gerente de la empresa de tecnología del puerto de Valencia para poder afrontar este proyecto. Además, tanto él como su compañero han tenido que costear, en parte, de su patrimonio personal este reto en un velero. Pero dicen que «el que algo quiere, algo le cuesta». Si todo funciona según lo previsto, en marzo de 2012 regresarán a Valencia dejando atrás una aventura, un sueño hecho realidad.