El COI ha frenado en seco el empeño de Madrid por organizar los Juegos Olímpicos de 2020, de una forma que no admite disculpas ni consuelo: con una eliminación en primera ronda tras un ajustado desempate con Estambul. Finalmente, las Olimpiadas viajarán a Tokio, que se ha impuesto en la última votación a Estambul.

La ilusión tremenda generada en España alrededor de la candidatura no ha prendido de igual forma allí donde más tenía que hacerlo, entre los miembros del COI que eligen la sede, que primero han dado a Madrid los mismos votos que a Estambul -no se ha anunciado aún cuántos- y luego, en el desempate, han preferido a la ciudad turca.

El equipo que encabeza Alejandro Blanco se había mostrado muy optimista en las últimas semanas sobre sus posibilidades de victoria, aunque públicamente optaba por la prudencia. El mejor de sus escenarios era una victoria en primera ronda, pero el peor pasaba por una apretada derrota con Tokio. Nunca por un KO ante Estambul.

Los recuentos de posibles votantes, las promesas de los electores, el supuesto favor de cinco de los seis candidatos a presidentes del COI... todos los cálculos quedaron en nada cuando, en una intervención algo confusa, Jacques Rogge anunció el resultado del desempate.

Madrid, que en 2012 obtuvo mejor valoración técnica que la ganadora Londres, y en 2016 mucho mejor que la vencedora Río, llegaba a la votación de hoy empatada en ese apartado con Tokio, pero muy por encima de Estambul. Pero cuando ha llegado el momento de dar la confianza a un proyecto, la asamblea ha tomado la opción de no concedérselo a Madrid.

Una presentación que no convenció

Madrid había hecho una presentación muy bien preparada, abierta por Juan Antonio Samaranch con un discurso cercano al corazón del COI, en el que mencionó a su padre, y cerrada por el Príncipe Felipe, muy seguro en su discurso.

Don Felipe garantizó que "toda España" quería los Juegos y subrayó que Madrid había "cumplido con todas las promesas", por lo que sería "un socio confiable y con experiencia para el COI".

"Hoy no me dirijo a ustedes como Príncipe de España. Soy participante olímpico y orgulloso padre de dos niñas, que al igual que millones de niños, esperan un futuro más brillante", señaló el Príncipe.

También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tomó la palabra y se refirió a la recuperación económica de España.

"Madrid es la base financiera más razonable y responsable en la historia olímpica reciente, y el 80 por ciento de las inversiones ya están realizadas y lo poco que queda está plenamente garantizado por el Gobierno", agregó.

Alejandro Blanco, presidente de la candidatura, la alcaldesa Ana Botella, la dos veces campeona olímpica Theresa Zabell, el doble subcampeón olímpico Pau Gasol y el consejero delegado de Madrid 2020, Víctor Sánchez, aportaron igualmente su mensaje de seguridad.

La presentación de Madrid, que para el mundo exterior se vio interrumpida durante diez minutos debido a un corte eléctrico -hoy diluvió durante toda la jornada sobre Buenos Aires-, fue objeto de una pregunta incómoda por parte del británico Adam Pengelly, que se refirió a la Operación Puerto contra el dopaje.

Madrid pretendía organizar por segunda vez los Juegos en España, después de la edición de Barcelona'92, aquella que cambió el deporte local para siempre. Los dirigentes que han defendido la candidatura madrileña esperaban que ahora los Juegos cambiasen aún más cosas: la dinámica económica, las cifras de desempleo, el ánimo de los ciudadanos, las perspectivas de los más jóvenes... incluso un poco la ciudad de Madrid.

Pero el concepto de candidatura austera no ha convencido al COI. Los 6.500 millones de euros invertidos para las candidaturas de 2012 y 2016 harán otro servicio a la ciudad, pero no estará relacionado con los Juegos.

Madrid prometía organizar los Juegos de 2020 con 1.900 millones de dólares. Tokio quiere gastarse 4.400 millones y Estambul, 16.800. Tras las ingentes inversiones de Sochi 2010 y Río 2016, el Movimiento Olímpico no ha considerado oportuna una llamada a la contención.