Acabar un ironman, conseguir la preciada medalla de finisher de la mítica prueba de triatlón, es, para muchos aficionados al deporte, uno de sus grandes sueños. Una deportista valenciana, Alida Ballester, lograba el pasado 30 de noviembre hacerlo realidad. Después de 12 horas y 51 minutos cruzaba la meta del Ironman de Cozumel, Méjico. Atrás habían quedado 3,8 kms de natación, 180 kms. de bici y 42 kms de carrera a pie...pero sobretodo, muchas horas de entrenamiento y esfuerzo.

Alida Ballester (38 años) lleva practicando el triatlón desde hace 4 años, aunque ha sido en 2014 cuando se ha ´enganchado´ a la larga distancia: «antes, tan sólo había disputado un triatlón de modalidad olímpica, el de Oliva, y varios sprint por equipos». 2014 ha sido el de su despegue definitivo. Antes de ir a Cozumel, Alida participó en otros 3 triatlones de media distancia (1.900 m. de natación, 90 kms de ciclismo y 21 de carrera a pie). «En abril hice mi primer triatlón de media distancia, el de Elche Arenales, luego en junio hice el de Zarautz, que está considerado como el más duro de España y por último el de Canet, en octubre».

Fue tras acabar el de Zarautz cuando Alida decidió dar el salto al ironman: «mis compañeros de equipo del Komando Fisioreig, con los que había ido a Zarautz, empezaron a hablar de ir al Ironman de Cozumel, y fue allí donde se gestó todo. Antes, ni me había planteado hacer un ironman, parecía algo inalcanzable».

A las órdenes de su entrenador, el también triatleta Víctor Gadea, Alida Ballester comenzaba un duro plan de entrenamiento: «en las semanas de más carga llegaba a hacer entre 500 y 600 kms en bici, 65 km corriendo y 10 de nado. Entre semana entrenaba 2 ó 3 horas al día y los fines de semana, de 6 a 7 horas», afirma Alida, deportista totalmente amateur, que ha tenido que compaginar entrenamientos con su trabajo y vida familiar (es madre de una niña) «la verdad es que sin el apoyo de mi marido, Chema, no lo habría logrado. En todo momento ha estado a mi lado. Él también es deportista y sabe que para mí esto era muy importante».

Para Alida, lo más duro de la preparación fueron los largos de bici: «había días que me tocaba hacer 150 kms y la verdad es que se hace pesado. Además, no puedes entrenar en pelotón, hay que hacer esos kilómetros en solitario, ya que luego, en el ironman estás sola, tienes que estar preparada para ello, física y piscológicamente».

Y después de meses de sacrificio, llegaba la hora de la verdad, el de enfrentarse a una de las pruebas deportivas más exigentes del mundo: «los días previos estaba nerviosa, me asaltaban las dudas, pero al mismo tiempo sabía que iba bien preparada y que podía lograrlo». Aunque la organización dispone de alquiler de bicicletas, Alida prefirió viajar con su propia máquina: «hay que facturar la bici en el avión y siempre hay un riesgo de que le pase algo. Afortunadamente, todo el material llegó perfectamente».

A las 3:00 horas del 30 de noviembre comenzaba para Alida una jornada que ya nunca olvidará: «a esa hora salíamos del hotel ya camino de la zona de salida, sin apenas dormir. A las 6:58 comenzaba la competición para mi grupo de edad». Para empezar, 3.8 kms de natación: «nadamos en el mar, paralelo a la costa, junto al delfinario. Mientras nadábamos veíamos los delfines». Alida empleó 1 hora, 11 minutos y 59 segundos en completar el segmento de agua. Luego llegaba el turno de coger la bici: «la zona de transición estaba muy bien organizada, cada triatleta teníamos a nuestra disposición a dos voluntarios, había una carpa donde te podías cambiar... El segmento de bici discurría en un circuito de 60 kms. al que se daba 3 vueltas. Era un trazado llano pero soplaba un fuerte viento».

Después de 6 horas, 47 minutos y 29 segundos pedaleando, Alida bajaba de la bici y se enfrentaba al tercer desafío del día: 42 kms de carrera a pie. Para la triatleta valenciana, también corredora del C.A. Navajas, suponía además su debut en los 42 k: «¡menuda forma de debutar!, fue mi primer maratón». Ahí llegaba también el momento más duro: «eran 3 vueltas a un circuito de 14 kms. En el km 28, cuando iba a comenzar la tercera vuelta, me dio un bajón. Pero ahí estaba mi marido, Chema, que me hizo ver lo cerca que estaba de cumplir mi sueño, no me podía rendir, ¡estaba a tan sólo 14 kms de acabar un ironman!. Me repuse y seguí». Alida acababa el maratón en 4 horas y 39 minutos, y llegaba el momento más esperado, el de cruzar la meta: «fue algo muy emocionante. La llegada es espectacular. Hay una pantalla gigante en la que te ves llegando a meta, el speaker va nombrando a cada uno que llega, felicitándolo... fue algo increíble, me emocioné muchísimo».

Alida Ballester no sólo acababa el Ironman sino que además lo hacía en una gran posición, la 670 de la general (acabaron 2.294) y la 29 de su categoría. «Ha sido una gran experiencia. Aunque creo que aún tardaré, estoy segura de que volveré a hacer un ironman».

En Cozumel, Alida tuvo una madrina de lujo, su compañera del Komando Fisioreig, Ana Faus, toda una experta en la distancia reina del triatlón, quien con un tiempo de 10:56:52 finalizaba la 124ª en la general y 7ª de su categoría quedándose muy cerca de su gran sueño, clasificarse para la gran final mundial del Ironman en Hawai. «Ana es una superatleta, seguro que tarde o temprano logrará el pasaporte a Kona. Su apoyo, y de todos mis compañeros del Komando Fisioreig y sobretodo de mi entrenador, Víctor, ha sido muy importante», destaca la valenciana quien también agradeció el apoyo de The Bike Run y los ánimos recibidos de sus compañeros del CA Navajas.