El castellonense Pablo Torrijos, plusmarquista español de triple salto con 17,04 y debutante en unos campeonatos del mundo, se despidió con una marca de 16,32 que le dejó muy lejos de la final.

Torrijos se estrenó con un salto modesto de 15,85 que no mejoró en la segunda ronda (15,73). Sólo en el tercero se entonó un poco para terminar décimo del grupo B.

Los triplistas tenían la suerte de competir justo en el estrecho pasillo, junto a la contrarrecta, en el que daba la sombra, pero ni aún así encontró su punto el español.

"En el calentamiento me he dado un poco en el tobillo al final del foso y eso me ha desconcentrado psicológicamente, he ido a la competición pensando en el tobillo y luego no me ha dejado saltar", confesó el saltador al final de la serie. "No es excusa, pero psicológicamente no estaba al nivel de la competición, y esto es un Mundial, quien no está al nivel se queda fuera", opinó.

Torrijos aseguró que la marca necesaria para estar en la final, que a la postre fueron 16,73 metros, era algo que podría haber conseguido estando bien, y que pensó que así iba a ser. "Desde el primer día he estado a gusto, tranquilo y confiado, no estaba nervioso, simplemente en la pista no he estado a la altura del mundial", lamentó.

"Esto también es una enseñanza, también es importante para mí. Llevo los valores de humildad y sacrificio, y esto me dice que todavía tengo que tener más para estar entre los mejores", valoró el saltador español.

Contreras sobrevive a la escabechina española del quinto día

Yidiel Contreras, un cubano con nacionalidad española desde abril pasado, fue el único miembro del equipo que en la quinta jornada de los campeonatos del mundo salió airoso en su primer contacto con la competición.

Los tres fondistas del 5.000 -Alemayehu Bezabeh, Ilias Fifa y Jesús España-, la ochocentista Esther Guerrero, el saltador de triple Pablo Torrijos y la lanzadora de martillo Laura Redondo corrieron igual suerte: todos fueron eliminados.

El oro de Miguel Ángel López en 20 km marcha mantiene a España en un notable noveno puesto del medallero pero, cumplido el ecuador de los campeonatos, el murciano sigue siendo el único con rango de finalista (8 primeros), de forma que en la clasificación por puntos la selección española está vigésima.

España obtuvo cinco finalistas en la edición anterior de los Mundiales (Moscú 2013) y el presidente de la Federación Española, José María Odriozola, nuevo tesorero de la IAAF, confiaba en tener cerca de diez en Pekín, pero la empresa se revela ya prácticamente imposible.

Contreras, único vallista español presente en estos Mundiales, compitió en la primera serie de 110, a las 11.20 horas bajo un sol que picaba, con 27 grados y un 60 por ciento de humedad. A semifinales pasaban los 4 primeros y otros 4 por tiempos.

Su marca (13.35) era la cuarta entre los nueve contendientes y a ese rango se atuvo: terminó cuarto con 13.84, clasificado para semifinales aunque un tanto irritado con el jamaicano Omar McLeod, que corría a su izquierda y le desequilibró en plena acción.

Ahí terminaron las buenas noticias para España. Todo lo demás fueron reveses.

Ninguno de los tres del 5.000 sobrevivió a la primera criba. Alemayehu Bezabeh, de origen etíope y primer atleta de nacionalidad española que ha bajado de los 13 minutos (12:57.25), perdió posiciones al cumplirse el tercer km de la primera serie y terminó undécimo con 13:54.13, a casi un minuto de su mejor marca.

En la segunda carrera, junto al campeón mundial, el británico Mo Farah, coincidieron Ilias Fifa -nacido en Tanger y nacionalizado español hace un mes- y Jesús España, que ya había estado tres veces en una final mundialista.

Jesús España se entregó mediada la carrera (acabó decimosexto con 13:51.47) y Fifa aguantó hasta los últimos 500 metros, pero no pasó del decimotercero con 13:28.29. Luego fue descalificado por obstrucción y recalificado a resultas de una reclamación española que perseguía mantenerle esa marca, su mejor registro como español.

En triple Torrijos no anduvo fino. El castellonense, único español que ha saltado más de 17 metros (17,04), debutó en unos mundiales con una mejor marca de 16,32 que le dejó muy lejos de la final, décimo del grupo B de calificación.

"En el calentamiento me he dado un poco en el tobillo al final del foso y eso me ha desconcentrado psicológicamente, he ido a la competición pensando en el tobillo y luego no me ha dejado saltar. No es excusa, pero psicológicamente no estaba al nivel de la competición, y en un Mundial quien no está al nivel se queda fuera", explicó el atleta del Playas.

La barcelonesa Laura Redondo pagó la novatada en la calificación de martillo. La plusmarquista española -comparte el récord con Berta Castells en 69,59- hacía bien los dos primeros giros, explica, "y en los dos siguientes la liaba pardísima". Se quedó en 63,86.

Bien distinta sensación tuvo la ochocentista gerundense Esther Guerrero. Llegó a Pekín repescada por la IAAF con la peor marca de las participantes, pero disfrutó de la carrera -asegura- y se va de Pekín eliminada en primera ronda pero "con buen sabor de boca". Aguantó con las mejores de su serie hasta el último 100 y acabó sexta con 2:02.64.