El BM Puerto Sagunto celebra el quinto aniversario de su regreso a la Liga Asobal tras cuatro décadas de espera en las que el equipo rojiblanco no había vuelto a militar en la elite del balonmano nacional.

El 11 de septiembre de 2011 se produjo el regreso tan esperado frente al BM Toledo, un acontecimiento que Carlos Argente, vicepresidente del actual Fertiberia, recuerda con mucho cariño.

"Fue la satisfacción de un sueño cumplido", indicó Argente, que recuerda para la Agencia EFE cómo vivió ese momento que esperaron jugadores y aficionados rojiblancos desde los años 70.

"Me acordaba de los que ya no lo podían ver y lo habían deseado, tal como mi padre que se murió tres días después del ascenso matemático en mayo", explicó el directivo rojiblanco.

Argente echa la vista atrás, cuando era un niño y el BM Puerto Sagunto estaba entre los mejores: "La gente nos contaba algo que nos sonaba a prehistoria. Tenía siete años cuando jugaba en la elite y no entendía cómo un equipo que había sido subcampeón bajaba por un techo en una pista".

Fue un descenso administrativo, ya que la organización no permitió al club valenciano jugar en una pista que no tuviera techo. La obligatoriedad de una pista cubierta en la temporada 70-71 condenó al club valenciano, ya que en todo Sagunto no había un pabellón.

"Parece que fue ayer pero hoy hace cinco años que el BM Puerto Sagunto volvió a disputar un partido de la máxima categoría tras 40 años esperándolo", indicó Carlos Argente.

"Desde el club felicitamos a todos los estamentos de este gran club y esperamos que el equipo nos regale una victoria en Puente Genil", continuó.

El club porteño, durante estas últimas temporadas, siempre ha militado en la máxima categoría y ha labrado una estructura que, año tras año, le permite conseguir la permanencia a final de temporada.

El trabajo en los despachos, con una economía saneada y ajustada, le permitió mantenerse en Asobal en la temporada 2011-12 aunque acabó como colista de la clasificación.

La desaparición por deudas del Torrevieja y el San Antonio abrió la puerta de la salvación al Fertiberia, que en la temporada siguiente consiguió meterse por primera vez en su historia en la final a cuatro de la Copa del Rey.