La selección española femenina de balonmano dio un paso de gigante hacia los octavos de final del Mundial de Dinamarca, tras imponerse este martes por 26-18 a Rumanía, gracias a una lección defensiva en la segunda mitad.

España tan sólo encajó seis tantos en los segundos treinta minutos, dato que confirma el excelente trabajo de las jugadoras españolas, entre las que destacó la portera Darly Zoqbi, que cerró el choque con trece intervenciones, dos de ellas desde el punto de penalti.

La entrada en pista de la guardameta de origen brasileño por una fría Silvia Navarro en el tramo final de la primera mitad, supuso el punto de inflexión de un encuentro en el que España parecía abocada al sufrimiento, tras una dubitativa puesta en escena.

Como si todavía estuviera anclada en la derrota cosechada el lunes ante Rusia, el conjunto español tardó en entrar en el partido, especialmente en defensa, donde las de Jorge Dueñas apenas recordaron al agresivo equipo que en tantos aprietos puso a las rusas.

Todo un problema cuando enfrente se encuentran "cañoneras" de la talla de Cristina Neagu, que no desaprovechó el desconcierto español, para situar con tres goles consecutivos un más que preocupante 1-4 adverso para el equipo español.

Una diferencia que hizo, por fin, reaccionar a la selección española, que con la presencia de Alexandrina Barbosa en el puesto de avanzado, logró frenar las acometidas de Neagu, que tardó quince minutos en volver a marcar.

Circunstancia que unida a la irrupción en ataque de una Macarena Aguilar, que hoy sí, recordó a la atrevida jugadora que no desaprovecha el más mínimo espacio para penetrar hacia el gol, permitió a España igualar (8-8) la contienda (m.18). Pero bastó que España flojeara mínimamente en defensa para que Rumanía y Neagu, que cerró el primer tiempo con cinco tantos, volvieran a poner de nuevo en serios aprietos a las "guerreras" en el marcador (8-11).

Problemas que el conjunto español logró resolver definitivamente con la entrada en el partido de la guardameta Darly Zoqbi, que con sus paradas logró asentar definitivamente el sistema defensivo español. Espoleadas por las intervenciones de la portera del Fleury francés, las jugadoras españolas volvieron a mostrarse como el agresivo equipo, que a base de movilidad y de continuas ayudas es capaz de cerrar cualquier espacio a su rival.

Una intensidad defensiva que no sólo permitió a España dar la vuelta al tanteador (13-12) al llegar al descanso, sino dejar resuelta la contienda en los primeros minutos de un segundo tiempo, en los que a Rumanía tardó más de siete minutos (16-13) en anotar su primer gol.

Todo lo contrario que España que inabordable atrás, encontró la calma necesaria en ataque para que Alexandrina Cabral, autora de seis tantos, y, sobre todo, Nerea Pena, máxima realizadora del encuentro con siete dianas, abrieran mediada la segunda parte una brecha definitiva (21-15) en el tanteador.

Renta que las de Jorge Dueñas a base de oficio no sólo supieron conservar, sino que incluso, lograron aumentar todavía más, como reflejó el 26-18 final.

Un triunfo que permite a la selección española, que se medirá el próximo jueves (18:15) con la débil Puerto Rico, acariciar los octavos de final, y lo mas importante, con una buena clasificación que le permita un mejor cruce.