El ciclista Fran Ventoso (Movistar) ha denunciado en una carta abierta el peligro de utilizar en las bicicletas los frenos de disco, después de haber resultado herido en una pierna en la pasada París-Roubaix, lo que le obligó a pasar por el quirófano.

En su carta, Ventoso admite la evolución en el material: del acero al carbono, de los rastrales a los pedales automáticos, de las chichoneras a los cascos cada vez más ligeros...

A sus 33 años y 13 de profesional, recuerda que su primera bici tenía un plato y tres piñones y ahora, dice, "ya vamos por dos platos, incluso tres, y once piñones" y habla de la revolución que supuso el cambio electrónico.

De las últimas innovaciones, Ventoso es "el primero en recomendar los frenos de disco, bien sea para ciclocross o para un ciclodeportista que sale con sus amigos a disfrutar de nuestro deporte".

Pero la duda lleva a la hora de aplicar estos frenos a la competición profesional. ¿De verdad nadie pensó que son peligrosos, que cortan, que son auténticas cuchillas gigantes?, se pregunta Ventoso.

En la pasada París-Roubaix, recuerda Ventoso, solo dos equipos utilizaron frenos de disco, en total dieciséis ciclistas que trasportaban treinta y dos discos en el pelotón. En un tramo de pavé, en el kilómetros 130 se produjo una montonera y el correspondiente frenazo. "Me hace impactar por detrás al corredor que tengo delante, que intentaba librar la caída".

Sin llegar a caer, Ventoso tocó con la pierna en una rueda trasera. Entonces se miró la pierna, no le dolía y aún no había demasiada sangre.

"Pero observo", comenta, "que parte del periostio está al descubierto, veo la funda que recubre mi tibia. Me aparto a la derecha, me tiro en el césped, echo mis manos a la cara, empiezo a marearme... Espero a mi coche de equipo y a la ambulancia, mientras me pasan muchas cosas por la cabeza", explica.

"¿Mala suerte? ¿Me ha tocado a mí? No lo creo: a los pocos kilómetros se confirma lo que pienso".

Ventoso detalla que kilómetros más adelante entra en la ambulancia Nikolas Maes, del equipo Etixx. "Tiene un tajo profundo en una de sus rodillas, producido por un disco, uno de esos treinta y dos. La pregunta es inmediata: ¿qué sucederá cuando haya 396 discos en una carrera donde los 198 ciclistas peleamos por la posición y las caídas son inevitables?".

Según Ventoso, "los discos nunca deberían haber llegado al pelotón profesional, al menos como los conocemos hasta este momento. Al menos hasta que cuenten con sistemas de protección y seguridad que no los conviertan en auténticos cuchillos instalados en las bicis".

"Yo he tenido suerte: es solo la pierna, solo músculo y piel. ¿Os imagináis un disco en una yugular, en una femoral? No, mejor no imaginar", asegura.

Comenta el ciclista cántabro en su carta que "todo esto sucede porque la Asociación de Corredores Internacional (CPA), asociaciones de corredores nacionales, federaciones nacionales e internacionales, equipos y, sobre todo, nosotros, los ciclistas profesionales, no hemos hecho nada".

"Toca actuar y poner sentido común a lo que es una evidencia. Siempre pensamos que mientras no nos pase a nosotros no es un problema. Esperamos a que ocurran cosas para tomar medidas. Nosotros debemos y tenemos la opción de elegir", concluye.