Después de los escándalos del atletismo y el meldonium, el culebrón del dopaje ruso ahora ha salpicado a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (2014), donde Rusia habría dopado a sus deportistas para encabezar el medallero, según el antiguo jefe de su laboratorio antidopaje.

"Estas alegaciones son muy detalladas y preocupantes. Pedimos a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que las investigue inmediatamente",informó un portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI). El antiguo director del laboratorio de Moscú, Grigori Ródchenkov, puso de nuevo el dedo en la llaga al desvelar una de las tramas de dopaje más intrincadas de la historia justo cuando la AMA había suavizado su postura en relación con el consumo de meldonium, un fármaco cardiovascular utilizado por muchos atletas rusos.

Además, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) se planteaba levantar a mediados de junio la prohibición impuesta el pasado año a los atletas rusos de competir en competiciones internacionales, incluido los Juegos Olímpicos. Todo el trabajo de los últimos meses para cumplir con los criterios de la AMA para la lucha contra el dopaje y para mejorar la imagen del deporte ruso se irían al garete y pondrían en peligro la presencia rusa en Río de Janeiro de confirmarse las acusaciones.

En una entrevista publicada este viernes por el diario "New York Times" Ródchenkov asegura que decenas de atletas rusos, incluido al menos 15 medallistas, fueron dopados por las propias autoridades del país anfitrión durante los Juegos de Sochi. Ródchenko admitió que él mismo suministró a los deportistas un cóctel de tres esteroides anabolizantes -metelona, trenbolona y oxandrolona-, que les permitía recuperarse rápidamente de los entrenamientos de gran intensidad y competir al máximo nivel durante varias jornadas consecutivas.

Para facilitar su ingesta, las drogas eran disueltas en alcohol de primeras marcas -un miligramo de esteroide por cada milímetro de líquido-: en concreto whisky de malta Chivas para los hombres y ron Martini para las mujeres. Además, relató que presuntos agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) manipularon durante el transcurso de los Juegos Olímpicos las muestras de orina para evitar que los atletas rusos fueron descubiertos.

Los detalles desvelados por Ródchenkov son muy escabrosos, ya que asegura que el Ministerio de Deportes le entregó en vísperas de los Juegos una lista de atletas que debían recibir sustancias dopantes para mejorar su rendimiento. En caso de que esos atletas obtuvieran medalla, funcionarios deportivos rusos debían sustituir durante la noche las pruebas para que estos no dieran positivo en los análisis antidopaje.

Como si se tratara de una novela de espionaje, los funcionarios rusos hicieron un agujero en la pared que daba a la habitación donde se almacenaban los test para introducir sin que nadie se diera cuenta los botellines de orina sin una sola gota de sustancias dopantes.