Mar Jover fue una de las primeras deportistas españolas que logró la ansiada clasificación para los Juegos de RíoMar Jover. El 8 de agosto de 2015, en Sierra Nevada volaba con un salto de 6,78 m superando en 8 centímetros los 6,70 exigidos por la IAAF para estar en Río: «era mi última competición de la temporada. Me jugaba lograr la mínima para el Mundial de Pekín y de paso la clasificación olímpica. Salté tranquila, relajada, sabiendo que no tenía nada que perder porque aún tendría toda una temporada por delante para buscar el pasaporte a Río...y salió».

La atleta alicantina lograba así asegurar su presencia en Río con un año de antelación: «Lo logré muy pronto pero eso no ha hecho que me relaje, al contrario. En todas las competiciones en las que he participado después lo he hecho con la responsabilidad de querer demostrar que ese salto no fue casual, que tengo nivel para estar con las mejores. No se me ha hecho larga la espera, creo que hay que disfrutar del camino, de todas las experiencias, no sólo de los Juegos en sí mismos».

Aquel 8 de agosto Mar Jover alcanzaba una de sus grandes metas: «Estar en unos Juegos es el sueño de todo atleta, luchamos por estar ahí y conseguirlo es algo inmenso. La gente muchas veces no valora todo el esfuerzo y trabajo que es necesario para lograr una mínima olímpica, es algo muy difícil. El atletismo es el deporte rey de los juegos, para un atleta es lo máximo. Es una pena que mucha gente sólo lo siga cada 4 años».

Aunque el atletismo es un deporte individual, Mar no ha recorrido sola el camino hacia Río: «Es un éxito compartido con todo mi equipo deportivo, con mi familia, mis amigos...». La atleta del Valencia Club de Atletismo está también muy agradecida a su entrenador, Salvador Vila, quien fuera también atleta olímpico: «llevamos muchos años juntos, estoy muy contenta de formar parte de su equipo».

Mar Jover descubrió el atletismo a los 9 años aunque antes ya había demostrado vocación deportiva: «De pequeña practiqué muchos deportes, me gustaba mucho. Cuando empecé con el atletismo lo compaginaba con el fútbol. Empecé porque había una competición de atletismo con la que fui a participar con mi colegio. Un entrenador me echó el ojo y me ofreció la oportunidad de entrenarme. Empecé a entrenar, a competir, poco a poco vi que iba superando mis límites, que se me daba bien. Empecé haciendo combinadas, luego me fui especializando en vallas y longitud y al final tuve que dejar las vallas porque me lesionaba continuamente decantándome ya por la longitud».

Para Mar Jover el salto de longitud es su gran pasión: «Me apasiona sentir esas centésimas de segundo en los que vuelas por el foso. Es una sensación indescriptible, es como volar un poquito. El salto de longitud es mi pasión».

La alicantina ha dedicado la tempora a intentar seguir mejorando, a arañar unos centímetros más: «De hecho este año he cambiado la técnica del vuelo, si se quiere mejorar, siempre hay cosas que pulir. He pasado a hacer pasitos en el aire, no es habitual en chicas pero me está yendo bien».

En una modalidad tan técnica como la longitud, Mar afirma que influyen muchos factores: «Lo más difícil es encontrar el día idóneo porque el atletismo va a días: uno estas bien y otro, por circunstancias ajenas a ti, estás mal, no te salen las cosas... Tiene que darse el día idóneo y dar el gran salto».

En Río Mar Jover aspira a una plaza de finalista: «Voy a darlo todo e intentar meterme en la final. La verdad es que en estos momentos hay un nivel altísimo en la longitud femenina. Se está saltando 7,10, 7,15». Aunque en el pasado Europeo de Amsterdam no pudo clasificarse para la final, Mar no baja el listón en Río: «Quiero intentar batir mi récord. A ver si puedo superar los 6,80».

Para la atleta alicantina, el atletismo, sobre todo le ha dado muchas vivencias: «Las medallas y títulos se quedan en el cajón y lo que guardas son las experiencias. El atletismo es un deporte muy rico en valores, muy familiar, te hace mejor persona cada día. Me ha dado la oportunidad de viajar, de conocer mucha gente que ahora forma parte de mi vida».

La atleta del Valencia Terra i Mar se queda con todos los valores que le ha transmitido el atletismo y que procura aplicar a su vida diaria: «La humildad, la empatía, saber ponerse en el lugar del otro. En el atletismo el rival es uno mismo, el resto son compañeras, no rivales. El atletismo me ha aportado compañerismo, superación personal, respeto...».

Ahora, el sueño de la alicantina es, en un futuro, poder transmitir toda su experiencia a través de la docencia: «Este año al ser un año importante he aparcado un poco los estudios pero mi deseo es dedicarme a la docencia, preparar unas oposiciones. Para ello he estudiado Magisterio de educación Física y la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, máster en alto rendimiento deportivo...».

Para llegar al mejor nivel a Río, Mar Jover no ha descuidado ningún detalle: «los Juegos Olímpicos pueden llegar a obsesionar pero yo me lo tomo como una ilusión. Para ello, este año cuento este año con el apoyo de una psicóloga deportiva. También cuido mucho la nutrición gracias al apoyo de los expertos de la Universidad Miguel Hernández. La máquina es nuestro cuerpo y hay que echarle la gasolina adecuada».

Para Mar Jover, el apoyo de su familia ha sido clave para poder llegar a ser olímpica: «estoy muy agradecida a mis padres porque siempre me han apoyado, me han dado lo más importante que tiene una persona, que es su tiempo. Sin ellos no lo habría logrado», destaca la alicantina que se entrena unas tres horas diarias: «suelo entrenar de 8 a 11 de la mañana y el resto del día lo dedico a ir al fisio, a trabajar la nutrición... a estudiar, etc. El atletismo requiere una gran disciplina, las cosas se consiguen con trabajo».

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