Si a Diego D'Angelo le hubiesen dicho antes de tomar la salida del Maratón de Concordia en la provincia argentina de Enttre Ríos que ese día iba a ser el ganador del coche que se sorteaba, a buen seguro, se hubiera llevado una gran alegría. Hubiera pensado que ese era su día de suerte. Nada más lejos de la realidad. Su dorsal, el número 514, fue el ganador del premio gordo que se sorteaba entre todos los paticipantes en la prueba: nada menos que un coche. Pero Diego no pudo disfrutarlo. La tragedia se cebaba con el corredor de 33 años que en el kilómetro 8 de la prueba se desplomaba a causa de un fallo cardíaco. Aunque la prueba, que se celebró el sábado 7 de enero, por tradición se denomina 'Maratón de Reyes' en realidad consta de dos distancias: 5 ó 10 kms. D'Angelo participaba en la de 10 y a apenas 2 kilómetros de la meta perdía la vida. Tras la prueba la organización sorteaba el coche con el que amargamente era agraciado el dorsal del corredor. Una macabra broma del destino. La organización decidió entregar el coche a la familia del fallecido.

Los casos de personas que mueren durante la celebración de carerras populares son cada vez más frecuentes. En España ha habido que lamentar varios casos durante el último año como el fallecimiento de un corredor en la Behobia San Sebastián o la tragedia vivida en el Maratón Vías Verdes Ojos Negros Navajas en el que fallecían dos corredores.