Aaron Hernández, exjugador de los New England Patriots de la NFL, fue hallado muerto la prisión e Massachussets. El exdeportista, que se ahorcó en su propia celda, cumplía una condena de cadena perpetua por asesinato. En 2013 acabó con la vida de otro jugador de fútbol, que salía con la hermana de su prometida.

En un comunicado, el Departamento de Correccionales de Massachussets anunció la muerte de Aaron Hernández, después de que se descubrira el cuerpo en la prisión de Souza Baranowski, en Shirley, Massachusetts, pasadas las tres de la madrugada hora local. Las mismas fuentes explicaron que Hernández se colgó con una sábana atada a la ventana de su celda.

Los intentos de reanimación del deportista, que fue trasladado a un centro médico de Leominster, resultaron en vano y a las 4:07 de la madrugada se certificó su muerte.

El fatal desenlace coincide con la visita prevista para el miércoles a la Casa Blanca de su exequipo, los New England Patriots, ganadores de la Super Bowl, y que iban a ser el primer conjunto en visitar al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Una visita ya marcada por la polémica ante la negativa de al menos seis jugadores a presentarse ante el nuevo inquilino de la Casa Blanca por razones políticas.

Hernández tenía 27 años y era de origen puertorriqueño, y en junio de 2013 asesinó a Odin Lloyd, un jardinero y jugador de fútbol americano semiprofesional que mantenía una relación con la hermana de Shayanna Jenkins, la prometida de Aaron Hernández.