Las playas se transforman completamente cuando ondea la bandera amarilla o roja. Las corrientes marinas, los temporales o las resacas hacen que el baño sea una actividad de riesgo, pese a las altas temperaturas los socorristas no recomiendan alejarse mucho de la orilla.

Eso pasó en Xàbia el martes, la Cruz Roja, responsable de la vigilancia de la playa, izó la bandera roja que prohíbe bañarse. El mar estaba revuelto y en la playa se forman unas corrientes muy peligrosas. Los socorristas lo saben e intentan que los bañistas, acalorados por las altas temperaturas no se adentren en el mar.

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En los días de bandera roja, los socorristas están en la orilla y en el centro de la playa. Es la parte más peligrosa, cuando alguien se aleja, silbato en mano, le avisan.

Los bañistas suelen hacer caso, además de forma continua se repite por la megafonía de la playa que el baño esta prohibido, en varios idiomas. Los hay que pasan y se atienen a la sanción que recoge la Ordenanza de Convivencia, 750 euros de multa.

Pero el martes, los socorristas de la Cruz Roja de Xàbia hubieron de emplearse a fondo para atender a 5 personas que obviaron la prohibición en una jornada repleta de rescates y en la que también fue necesario recurrir a la autoridad de la Policía Local para que, vía sanción económica, castigara la imprudencia de un bañista.

Según el balance facilitado por el coordinador de playas fueron sacados del agua dos jóvenes de 20 años, un hombre de 45, una mujer de 60 y un menor de 14.

La desobediencia a las llamadas de advertencia de los vigilantes subió a nivel máximo en el caso de un turista holandés, que repitió el baño varias veces y por tanto se reiteró en su comportamiento irresponsable. Es por ello que la Policía Local le interpuso una multa de 750 euros en base al artículo 139 de la ordenanza de convivencia ciudadana, por no ya poner en peligro su vida, sino la de los socorristas que tendrían que sacarle del agua.