Todo transcurría con cierta normalidad durante la penúltima carrera del Stock Car Festival hasta que dos pilotos tuvieron sus más y sus menos. Hasta tres veces llegaron a 'chocarse' ambos coches en sólo dos vueltas tras las malas artes que en ocasiones provocan los nervios de las carreras. Tras una salida forzada por su rival y ser expulsado de la carrera, el piloto Jeffrey Swinford (vehículo negro) perdió los nervios y embistió el coche de Shawn Cullen para vengarse. Cullen se bajó del coche, se quitó el casco y comenzó a golpear a su rival, todavía sentado en su coche, hasta que la policía consiguió inmovilizarle con un táser.
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