Continúan los escándalos de abusos sexuales en el mundo de la gimnasia. Si al principio de esta misma semana era la campeona olímpica en Barcelona 92, Tatiana Gutsu, quien denunciaba cómo fue violada por el también campeón olímpico Vitaly Scherbo, ahora ha sido la estadounidense McKayla Maroney quien ha contado su historia a través de las redes sociales, sumándose así a la campaña "Yo También", que pretende ayudar a las mujeres víctimas de estos sucesos a denunciar sus casos para prevenir futuros abusos.

Maroney, oro por equipos en Londres 2012 con Estados Unidos y plata individual en salto en esa misma cita olímpica, ha denunciado ahora los abusos que sufrió durante toda su carrera como gimnasta. En una carta escrita por ella misma y publicada en sus redes sociales, Maroney relata como desde los 13 años sufrió abusos permanentes por parte del doctor Larry Nassar, quien se encuentra en la carcel acusados de delitos múltiples de abusos y de distribución de pornografía infantilLarry Nassar.

"La gente debe saber que esto no sólo ocurre en Hollywood. Ocurre en todas partes. Soñaba con ir a los Juegos Olímpicos y las cosas que tuve que padecer para llegar hasta ahí fueron innecesarias y repugnantes", comienza Maroney.

"Fui abusada por el Doctor Larry Nassar, médico del equipo nacional de Estados Unidos. Nassar me dijo que estaba tomando una medicación necesaria que había suministrado a sus pacientes durante 30 años. Empezó cuando yo tenía 13 años y no acabó hasta que me retiré. Parecía que donde y cuando pudiera este hombre encontrar una oportunidad, yo era 'tratada'", continúa.

"Pasó en Londres antes de que mi equipo y yo ganáramos la medalla de oro y pasó antes de que yo ganara mi plata. Para mí, la noche que más miedo he pasado en vida fue cuando tenía 15 años. Había volado todo el día y la noche con el equipo hasta Tokyo. Él me había dado una pastilla para dormir durante el vuelo, y lo siguiente que recuerdo fue estar a solas con él en su habitación del hotel recibiendo 'tratamiento'. Pensaba que iba a morir esa noche", concluye su relato Maroney, quien espera que su historia ayude a muchas mujeres que han pasado por lo mismo a hablar y a denunciar a sus agresores.