La haltera Laurel Hubbard ha entrado en la historia de la halterofilia por ser la primera mujer transgénero que consigue una medalla en un campeonato del mundo. La deportista neozelandesa se colgó la medalla de plata en la categoría de más de 90 kilos en el Mundial que se disputó en Anaheim, California. Un hito sin precedentes en la halterofilia, conseguido por una haltera que hasta hace cuatro años competía en categoría masculina, pero que superó todos los controles de testosterona que exige el Comité Olímpico Internacional para poder participar en un Mundial en la categoría femenina.

La participación de Hubbard en esta competición ha estado rodeada de polémica, y tras conseguir la medalla de plata, la neozelandesa se negó a comparecer ante los medios de comunicación debido al acoso al que se había visto sometido, especialmente por los entrenadores de otras competidoras. Sus rivales, sin embargo, no han mostrado problema alguno con la participación de Hubbard.

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