Nacho Sanchis, el farmacéutico de Enguera, no ha podido tomar la salida este martes de la cuarta etapa con salida y llegada en San Juan de Marcona después de las falsas esperanzas que le dio el Dakar cuando llegó de madrugada al campamento, con su moto remolcada tras sufrir de una avería en el embrague.

La aventura del piloto del equipo Indupanel Dakar Team se truncó en el km 67 el lunes, cuando su moto le dejó tirado en las dunas. A duras penas, y tras horas buscando una solución, logró llegar al primer tramo de enlace, pero la gravedad de la avería y los más de 200 km de especial, más otros tantos de enlace, junto a las pocas horas de luz restantes (apenas dos) le hicieron optar por llegar remolcado al vivac y esperar una repesca por parte de la organización.

Sin embargo, y según la versión del piloto, un miembro de la organización llegó a darle el 'roadbook' de la etapa de este martes y le confirmó que podía salir, por lo que los mecánicos se pusieron a reparar la avería. Pero este martes a las 12:30 en España (06:30 horas en Perú), tras completar el primer tramo de enlace y disponerse a tomar la salida de la especial, la organización le confirmó que no se encontraba en las listas.

En la caravana todavía quedan dos valencianos en carrera en el Dakar. Joan Barreda, piloto oficial del equipo Monster Energy Honda Team, necesita remontar más de 22 minutos con respecto al británico Sam Sunderland, que le arrebató el liderato este lunes. Y Jairo Segarra, mochilero de Rosa Romero, que tenía previsto tomar la salida a pesar del abandono de Nani Roma, el marido de Rosa Romero, por su grave accidente a escasos metros de la meta en la tercera etapa.

SOS por las redes sociales

Su odisea del martes para finalizar su tercera etapa en el inicio de Dakar más duro de los últimos años que se recuerda, se vivió con inquietud, temor y emoción por WhatsApp. En el grupo ‘Un enguerino en el Dakar’ que administra él desde poco antes de su marcha, con 176 miembros entre ilustres dakarianos como Rafa Císcar y Julián Villarrubia, otros pilotos de rally y enduro, amigos del Motoclub La Canal y sus propios paisanos de Enguera, además de fotógrafos y periodistas, se sucedieron sugerencias y contactos para facilitarle las cosas.

Desde los consejos de Císcar sobre cómo cambiar el embrague en el desierto, a los ánimos de Villarrubia de seguir adelante incluso de noche, pues hasta una hora antes del inicio de la etapa siguiente tenía de tiempo para seguir en carrera. La movilización a través de las redes sociales en busca de una solución conectó por las redes sociales Valencia con Galicia (de donde es Francisco José Gómez, el otro piloto del equipo), con Chile. Incluso se propuso una colecta para ayudarle en posibles imprevistos y recambios.

El esfuerzo parecía dar sus frutos a las nueve de la noche, tres de la tarde en Chile, cuando Villarrubia pudo contactar con Nacho telefónicamente y confirmar que había llegado al primer tramo de enlace tras 80 km y que iban a intentar cambiarle los discos de embrague para seguir, siempre que la mecánica le aguantara mientras la noche se le echaba encima. Por delante aún le quedaban 200 km de especial, con tres way-points y 250 km de enlace hasta el campamento. Cuatro horas más de agotamiento, mínimo.

«Lo siento, chicos, soy maduro y lo acepto. El Dakar no ha podido conmigo, ha podido con mi máquina», fue su última comunicación al grupo, a las 23:30 hora española, seis horas antes de su llegada al campamento remolcado. «Llevo todo el día intentando solucionar sin éxito. Muchas emociones, ya fatigado y no lo veo claro. Me daban opciones, pero ya perdida esperanza visto lo visto. Si me salto tres waypoints quedo fuera. Voy a desconectar y digerir».