El tres veces ganador de la Titan Desert, Josep Betalú, ha asegurado que no sólo la carrera por Marruecos le tiene "enganchado", así como el norte del desierto del Sahara, que le eriza la piel "cada vez" que lo visualiza "en la mente", sino que no hay día durante el año "que no piense en la Titan".

En una entrevista concedida a la agencia EFE, después de haberse impuesto por tercera vez en esta durísima prueba ciclista por etapas en el desierto de Marruecos, Betalú ha repasado sus emociones y sensaciones en la prueba y todo lo que le ha llevado a sus casi 41 años a seguir encima de la bicicleta, tras un largo parón entre los veinte y treinta años.

Josep Betalú también es un reconocido ciclista en Centroamérica, de donde provienen algunos de sus más importantes patrocinadores, y cuenta con un calendario deportivo en el que prima "no correr por correr, sino participar en pruebas", en las que se sienta "cómodo". "Para mí, es más importante tener tiempo libre y, cuando hablo con patrocinadores, quiero a 'personas' delante de mí, que no me traten como un dorsal".

De la conexión con la Titan, ha señalado: "El año pasado corrí y gané la Ruta de los Conquistadores (Costa Rica), que es más dura que la primera etapa de la Titan (montañosa), ya que allí superábamos 4.500 metros de desnivel. La Titan no es un problema de desnivel, es un problema de calor y mental. Si el desierto te viene grande y te machaca, no podrás ganar nunca una carrera. Si el desierto te cautiva, y es mi caso, ya estás en condiciones de ganar. Si la Titan no fuese en el desierto, no me diría ni la mitad. Ver el formato del desierto en tres dimensiones delante tuyo y en que 'x' tiende a infinito es lo más grande que hay".

"Esto te atrapa. La mayoría de ciclistas vienen año tras año. Es una carrera dura y piensas en ello todo el año. Es raro el día en que no me levante de la cama y no piense en la Titan. He corrido muchas carreras por todo el mundo que ni me acuerdo", ha rememorado.

A una Titan Desert del récord de Roberto Heras

Ya ha finalizado la Titan del 2018 y aparece en el lejano horizonte la del año que viene, en la que muchos de los 612 inscritos ya han dado por hecho que repetirán. Betalú admite que si no existe ningún inconveniente también estará, pero ha advertido que no tiene ninguna presión, y menos por alcanzar los cuatro títulos que ostenta Roberto Heras.

"No veo ningún desafío en ganar cuatro Titans. No tengo ninguna presión. Si me motiva ir, iré. Si él tiene cuatro, muy bien. Yo no persigo ese número. No entro en este sistema, aunque esté montado así. Yo estoy contento por haber ganado tres, pero lo estría igual si sólo hubiese ganado una. No me quita el sueño. Voy a tener la misma familia y los mismos amigos. No cambiara nada", ha apuntado.

Ante el éxito continuado que le ha acompañado a poco de cumplir los cuarenta, Betalú ha explicado que no le ha resultado un inconveniente motivarse: "Al final, este es mi trabajo y lo tengo que hacer. Sí que buscas pequeños estímulos en competiciones previas para seguir entrenando y apostando por ti, por si haces un error en la planificación, modificarlo un poco; si voy rápido subiendo pero no por el plano, ¡quieto!, hay que entrenar por el plano porque la Titan no tiene tanta subida".

De su puesta en escena y control del entorno, ha explicado lo siguiente: "Voy a cumplir 41 años y tengo mucha vida. Uno de 25 años no tiene mi experiencia, por las sorpresas y decepciones que reparte la vida. Como mejor se aprende es a partir de un error personal. La edad me aporta esta experiencia. Es verdad que siempre me intento mantener con mucha compostura y sólido, porque si tu rival te ve tranquilo, se pone nervioso. Si ves a un rival que le tiembla la mano, piensas que está nervioso y lo atacas. Hay que aparentar".

Igual que se ha mostrado implacable sobre el desierto, Betalú también destaca por ser un deportista que tiene un discurso contundente y, en ocasiones, podría resultar poco políticamente correcto, algo con lo que él no está de acuerdo del todo: "Tu historia tienes que empezar a creértela tú mismo. Si no crees que puedes ganar una cosa, no la ganarás nunca".

"A veces, hay cosas que se me malinterpretan, como cuando me preguntaron que todos iban a ir contra el líder y yo respondí que a lo mejor todos iban a perder. No quise decir que les iba a ganar a todo, sino que cuando a veces pones la atención en un objetivo, puede pasar que eso lo aproveche un 'outsider' para sacar partido", ha añadido.

"Yo siempre me quiero mantener sólido, en la imagen y con lo que digo. Cuando veo a un rival sólido, a mí me crea inseguridad. Es así, y al revés. La Titan es una batalla muy sicológica. Yo siempre me he planteado la Titan poco a poco, pero este año lo quise hacer al revés, dar la estocada al principio y sorprender, para que fuesen todos a la contra, y así fue. La primera etapa me salió muy bien y todos quedaron un poco atemorizados", ha recordado.

Sobre si ha tenido momentos de debilidad, Betalú ha confesado lo siguiente: "He tenidos mis momentos complicados en la carrera, pero si sabes poner cara de póquer no lo distinguen, porque a veces la carrera se te va, si no tomas una iniciativa. Yo no he ido tan tranquilo, y la prensa y la tele no lo han visto porque no te sigue en toda la carrera. He tenido muchos momentos de nerviosismo. No de fragilidad, pero si de nerviosismo".

A pesar de la aureola de campeón que le acompaña y de rival casi imbatible, Betalú se define como "una persona muy cercana" y que puede "ser feliz con nada". "En el campamento voy con chanclas y pantalones de 15 euros, no me gustan las extravagancias. Me conformo con poco. Mucha gente me ha felicitado. No soy un ciclista que quiera acaparar todos los focos y todas las victorias. Yo vengo a ganar una general y, para conseguirla, tienes que renunciar a muchas cosas (regaló dos etapas a sus acompañantes) y tienes que hacer alianzas que buscan también otro objetivos".

Autodidacta y sin entrenador

Betalú ha explicado que es un ciclista "autodidacta" y que por ello no tiene entrenador. "Todo está en los libros, en Internet y en Youtube. Estoy muy documentado desde hace años. Y, a base de información y errores cometidos, estoy aquí. Las cosas se van puliendo: si una cosa no funciona, cambias. Sé leer mi cuerpo y lo que me dice. Esta es la clave. Si tengo que hacer cuatro horas porque lo apunté ayer las haré, si el cuerpo me lo permite, no porque lo diga un cuadrante. Si tu cuerpo te lo pide, dale. En caso contrario, descansa"

Finalmente, ha recordado que no tuvo mucho apoyo en su familia, dedicada al campo, ya que su padre siempre le empujó hacia los estudio y no a la bicicleta. Con el segundo grado de Formación Profesional en mecánica y electrónica, Betalú alterna el taller que ha montado con su pasión por las bicis.

"No me podía imaginar que ya entrado en el treintena podría vivir del deporte. Mentalmente estamos más preparados a esta edad para el sufrimiento que los jóvenes. He empezado tarde, pero no estoy quemado. Tengo miedo el día que ya me estanque, y que haciéndolo todo bien no avance. Quizá en ese punto, sólo duraré uno o dos años más", ha sentenciado.

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