Después de dos décadas en lo más alto del atletismo adaptado, Santiago Sanz ponía fin a su carrera como atleta de élite en noviembre de 2016 en el Maratón de Oita, Japón. Ahora, dos años después, el próximo 18 de noviembre volverá al mismo escenario: «Voy a participar de nuevo en el Maratón de Oita, pero sólo como aficionado. Aunque ya he dejado el atletismo profesional, me suelen invitar a alguna carrera y siempre que puedo, voy. En octubre estuve también en el Medio Maratón de Lisboa».

El atleta de Albatera, de 38 años de edad, ha encauzado su vida laboral hacia el deporte. Licenciado en Ciencias de la Actividad física y el Deporte, reconoce que dejar atrás la alta competición ha sido un duro desafío: «No ha sido fácil, es un paso importante. Sigo muy vinculado al atletismo y me siento afortunado». De hecho, Sanz, ejerce de entrenador de atletas de elite en el Valle del Ritf, Kenya: «Entreno a atletas de elite olímpicos, este año he estado dos veces en kenya, entrenando con ellos».

Una enfermedad neurológica, Charcot Marie Tooth, que afecta la movilidad provocó que desde los 13 años Santiago Sanz tenga que desplazarse en silla de ruedas. El deportista de Albatera se aferró al deporte para superar todas las barreras llegando a convertirse en uno de los grandes referentes del deporte paralímpico español sumando más de 100 victorias, los récords en su categoría en los maratones de Oita, Boston, Los Ángeles, Chicago... récords mundiales de 10km ruta, 5000m pista, media maratón, cuatro medallas olímpicas y trece récords mundiales. Posee 5 oros en Campeonatos del Mundo, 2 platas en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, un bronce y una plata en Sidney 2000, y tres oros en Europeos. Ahora como entrenador, está también rompiendo barreras: «La mayoría de los atletas que entreno son olímpicos sin discapacidad, también llevo a un par de atletas paralímpicos americanos y a un chico de Granada. Llevo un grupo de elite y otro amateur».

Su vinculación con el atletismo keniata empezó en 2016: «En 2008 conocí en la Media de Lisboa a Lasane, un atleta muy destacado y ya desde 2016 empecé a entrenar a un grupo de keniatas bastante grande. Mi especialidad es el entrenamiento en altitud por lo que me interesó mucho el tema. Más que de entrenador, ejerzo como asesor fisiológico». Para el alicantino una de las claves del éxito de los atletas keniatas es que «son muy disciplinados en cuanto a combinar el entrenamiento y el descanso». Aunque pasa épocas en Kenya, Santiago reside en su pueblo natal, Albatera, donde lleva la sección de Alicante de Relevo Paralímpico, programa de apoyo y promoción del deporte adaptado puesto en marcha por la Fundación Trinidad Alfonso y el Consejo Superior de Deportes: «estoy haciendo también el doctorado».

Santiago Sanz además, se estrenaba este año como escritor. En julio presentaba su libro 'Diario de un Guerrero Soñador' en el que narra sus experiencias en el último tramo de su carrera deportiva y su posterior adaptación a la vida laboral: «reflejo el duelo que el deportista de elite tiene que librar cuando se retira y la incertidumbre de cómo encarar su futuro. Nos hablan mucho de esto pero no nos preparan para afrontarlo. Mi deseo es que este libro sirva de guía para todos los deportistas cuando decidan retirarse. Creo que los deportistas de elite podemos aportar toda nuestra experiencia».

A Santiago Sanz el atletismo le ha dado un gran bagaje personal y un sinfín de experiencias permitiéndole viajar por todo el mundo: «Yo corría en un equipo americano con sede en Atlanta por lo que, desde 2005 hasta 2016, vivía allí cuatro meses al año. Me movía mucho por el circuito americano pero además hacía concentraciones en Perú, en Kenya, Japón...Todo esto me aportó conocer nuevas realidades culturales y socioeconómicas y vivir muy de cerca el deporte del ámbito universitario estadounidense».

El atleta de Albatera también fue pionero en la lucha por la integración del deporte adaptado. «Yo viví de cerca el nacimiento del programa Adop, transmitimos a las autoridades deportivas la necesidad de que se apoyase a los deportistas paralímpicos para poder dedicarse plenamente al deporte y obtener resultaddos. Ahora los deportistas paralímpicos pueden entrenar en el CAR de Barcelona, en la Residencia Blume de Madrid... equipararse a un deportista sin discapacidad».