Tres décadas después, Mike Tyson ha reconocido en una entrevista a 'The Sun' cuál fue una de sus mayores locuras en su etapa de boxeador. Y es que el púgil estadounidense no tiene repartos en desvelar que en una visita al zoo de Nueva York en la década de los 90, llegó a ofrecer 10.000 dólares a un vigilante de seguridad para que le dejara entrar en la jaula de los gorilas para pelear con un espalda plateada de más de 200 kilos.

"Cuando llegamos a la jaula, había un gran gorila de espalda plateada que estaba acosando a todos los demás. El animal era poderoso, pero sus ojos eran como los de un niño inocente. Le ofrecí 10.000 dólares para que abriese la jaula y me dejase pegarme con el gorila", algo que finalmente no pudo hacer.

Una última excentricidad conocida de un boxeador que, al margen de sus éxitos sobre el cuadrilátero, quedó para siempre en la historia negra del boxeo por arrancarle de un bocado parte de la oreja a Evander Holyfield.