El ecuatoriano Richard Carapaz abrió la cuenta del Movistar Team en el Giro de Italia merced a un ataque a 500 metros de la llegada que le permitió apuntarse la cuarta etapa disputada entre Orbetello y Frascati, de 235 kilómetros. La etapa estuvo marcada por una caída de la que se libró el líder esloveno Primoz Roglic, pero perjudicó a rivales como el holandés Tom Dumoulin, el más afectado, que perdió cuatro minutos en la clasificación general.

En un principio, parecía que esa misma caída había afectado a la principal baza española, Mikel Landa, que perdió 43 segundos en meta. Sin embargo, el ciclista vasco, en declaraciones a AS tras la etapa, aseguró que fue Simon Yates (otro de los favoritos a la general) el que le tiró al suelo. «El puto Yates, que es un retrasado y va como un loco. Me tiró en una rotonda», explicó Landa tras cruzar la meta.

Por delante Carapaz, de 25 años, quien pasó a la historia hace un año en el Giro al convertirse en el primer ecuatoriano en ganar en una grande por etapas, se metió en un grupo de 12 corredores que se salvaron de la montonera final y lanzó un ataque fulminante a medio kilómetro de meta que sorprendió a los esprinters, que ya se imaginaban disputándose la victoria entre ellos.