Apenas conserva el 10% de la visión pero eso no impide que Carmen Belmar, una castellano-manchega afincada desde hace 18 años en Llíria, haya encontrado en el trail running su gran pasión. Tanto es así que en los tres últimos años se ha proclamado campeona femenina del Campeonato de España de Carreras de Montaña para Ciegos y Deficientes Visuales organizado por la Federación de Deportes de Montaña y la Federación de Deportes para Ciegos.

Un título que Carmen va camino de revalidar este año en el que se ha impuesto en las dos carreras puntuables disputadas hasta ahora: Borriol y Kampezu (Vitoria): «Si todo va bien, creo que volveré a ganar el Campeonato aunque eso para mí es secundario, lo importante es disfrutar de lo que me gusta: correr en plena Naturaleza», afirma Carmen que se lamenta de que sean pocas la mujeres con problemas de visión que se atrevan a participar en pruebas de trail running: «cuando empecé, hace unos años éramos alguna más pero la verdad es que somos muy poquitas, apenas 2 ó 3». Un dato, sin embargo, que resalta la dificultad que entraña participar en pruebas de montaña sin apenas visión: «cuando las carreras son muy técnicas es complicado, vas todo el rato en tensión, las bajadas es lo que más temo, te puedes tropezar y caer en cualquier momento, los obstáculos son muchos. Eso hace que corras con los músculos en tensión y el cansancio por tanto, es mayor».

Carmen compite junto a dos guías. La normativa de las carreras de montaña para ciegos marca que se compita en grupos de tres personas que van cogidas a una barra rígida: «la 'barra perfecta' está compuesta por un guía vidente que va delante, un corredor invidente en medio y uno con deficiencia visual detrás. En mi caso compito con dos guías videntes y yo voy en medio por lo que en meta se me penaliza sumando 30 minutos al tiempo total». Carmen Belmar, que el pasado 21 de mayo cumplía 50 años, comenzó a correr hace tan sólo cuatro: «solía ir a rutas de senderismo que organizaba la ONCE pero eran muy suaves. Un día me propusieron probar el trail running, lo hice y me gustó mucho».

Para Carmen Belmar deporte ha sido uno de sus grandes apoyos desde que se enteró de que sufría una enfermedad degenerativa: «yo siempre había tenido miopía magna, ya desde niña, mi visión era de un 40%. Hace 10 años me confirmaron lo peor: además tenía retinosis pigmentaria, una enfermedad degenerativa que va mermando la visión progresivamente. Es genética, mi hermano también la padece. Cuando me lo diagnosticaron tenía el 20% de visión. Ahora veo ya menos del 10%».

Pese a sus limitaciones de visión, Carmen, junto a sus guías, se enfrenta a los mismos recorridos que los corredores sin discapacidad: «La dureza es la misma, en la primera carrera de este año puntuable para el Nacional, en Borriol, tuve que enfrentarme a 22 kms con un desnivel positivo de 1.200 m. Fue una carrera muy dura, muy técnica con zonas en las que prácticamente había que trepar. La segunda carera, en Vitoria, fue más corredera, me van mejor esos trazados. Era de 13 kms. con 800 m. de desnivel».

Para Carmen entrenar en la montaña no es fácil «porque no puedo ir sola», así que tiene que buscar alternativas: «Hago series de cuestas». La próxima cita del Campeonato de España será el 24 de junio en Zumaia: «antes quiero hacer alguna carrera más, ahora hemos formado un grupo con el objetivo de ir a más pruebas».

Para Carmen Belmar el apoyo de sus guías es fundamental: «sin ellos todo esto sería imposible». Desde que empezó a correr lo hace junto a José Antoni López Vicente: «le debo mucho, todo lo que sé del mundo del trail running se lo debo a él, me acompaña en las carreras y además entre semana también sale conmigo a entrenar por lo menos una vez. Él me enseñó que no hay que tener miedo a lo desconocido». Carmen también ha encontrado apoyo en otros corredores invidentes valencianos como es el caso de Juan Antonio Menor, un experimentado maratoniano ciego total que ahora se ha adentrado también el mundo del trail running. Carmen Belmar destaca el buen ambiente que se vive en las carreras: «es muy gratificante cómo nos anima la gente y sobre todo, el apoyo del resto de corredores. Cuando nos adelantan, muchos nos animan, valoran mucho nuestro esfuerzo», destaca la corredora de Llíria que anima a todos a hacer deporte: «El deporte me ha ayudado mucho, ya es parte de mi vida».